Fizza, la leal sirvienta de la Inmaculada Hija del Santo Profeta, Hazrat Fátima Zahra (SA)

Ermita de Fizza

Recopilado por el Sayyid Ali Shahbaz

Una eminente africana de piel negra, que era devota seguidora del Profeta Muhammad (SAWA) y su bendita casa, la Ahl- ul- Bayt. No es otra que Fizza, la nubia, de lo que ahora es la región que se superpone con las fronteras de Egipto, Sudán y Etiopía. Era la leal doncella de la Inmaculada Hija del Profeta, Hazrat Fátima Zahra (SA) y entrará al Paraíso como la blanca dama.

Una joven princesa de África fue raptada a la edad de 11 años y fue llevada a Arabia, en donde el Profeta Muhammad (SAWA) la compró, la liberó y la adoptó. Era una práctica común en los comienzos del Islam que los musulmanes comprasen cautivos y prisioneros y los liberaran, El santo Corán, en la Sura al- Balad, ha mencionado entre otras cosas que liberar a las personas de la esclavitud es un acto agradable a la vista de Dios. Era el hábito del Profeta el adoptar, educar y criar niños, como es evidente en el caso de Zaid Ibn Hareth. Ser criado en la Casa del Mensajero de Allah era ser criado en un hogar que estaba bendito y purificado por Allah Todopoderoso. Ser criado en la Casa del Profeta era ser criado en un hogar frecuentado por el Arcángel Gabriel. Ser criado en la casa del Profeta era ser criado en una atmósfera en la que el santo Corán era revelado y explicado. Ser criado en la Casa del Profeta Muhammad (SAWA) era convertirse en Faro de luz y eso es lo que obtuvo la pequeña princesa negra de África.

Se le dio el nombre árabe Fizza, que significa “plata”, y se convirtió en una erudita islámica que conocía los significados profundos del Santo Corán. Estaba predestinada a reflejar la Luz de la Ahl- ul- Bayt. En otras palabras, el atributo de Fizza quiere decir que la plata es el más conocido reflector de la luz visible. Metafísicamente significa que Fizza es el reflector más conocido de la luz espiritual, educada por Fátima Zahra (SA), que es conocida como la Dama de la Luz. La plata es un metal que permanece estable al aire libre y en el agua. Fizza se crió en la Casa de la Ahl- ul- Bayt, floreció como la más culta y más honorable Dama Negra del Islam. Por esta razón es conocida como Malikat- al- Habisha, que significa “abisinia”, “etíope”, o más literalmente “Reina negra”. Dominaba a tal punto el Santo Corán que podía responder a cualquier pregunta con recitar una aleya de la escritura celestial. Podía mantener una conversación con facilidad sólo recitando aleyas del santo Corán para transmitir su mensaje. Algunos relatos cuentan que no habló más que con el Corán por veinte años enteros. Esto no es algo que sorprenda a la vista del hecho que aparte del Profeta y su Hija Inmaculada, los demás nobles miembros de la bendita casa eran el Comandante de los Creyentes, el Imam Ali, y sus hijos, el Imam Hassan y el Imam Hussein (la paz sea con ellos), los Líderes de los Jóvenes del Paraíso. Creció en compañía de Niñas Impecables, como las nietas del Profeta, Hazrat Zainab y Hazrat Um Khultum (la paz sea con ellas).

Hazrat Fátima Zahra (SA) era tan amable con Fizza que no la cargaba con todo el trabajo doméstico, y además le permitía un día completo de descanso después de un día de trabajo. En otras palabras, la noble hija del Profeta solía realizar las tareas domésticas un día, y al siguiente, era el turno de Fizza. Este es ciertamente el más delicado ejemplo de la justicia islámica.

Infortunadamente, la mayoría de los académicos musulmanes ha omitido enfocarse apropiadamente en la fructífera vida de Hazrat Fizza (SA), quien, según el santo Corán atestigua en las aleyas de apertura de la Sura Insaan, con nuevas de las eternas retribuciones del paraíso como recompensa, mantuvo tres días consecutivos de ayuno junto a la Ahl- ul- Bayt, y en cada una de las tres noches, en el momento de romper el ayuno, daba su porción de comida, como el resto de la casa, a los necesitados, huérfanos y cautivos liberados, que iban a golpear la puerta de la casa a esa hora. Fizza y la Ahl- ul- Bayt permanecían hambrientos las tres noches y fue en su honor que Dios dice en el Corán: “Por mucho amor que tuvieran al alimento, se lo daban al pobre, al huérfano y al cautivo: ‘Os damos de comer sólo por agradar a Allah. No queremos de vosotros retribución ni gratitud.’”

No es de sorprender que en su lecho de muerte, durante su final, Hazrat Fátima Zahra (SA) le dijera al Imam Ali (AS): “La amé (a Fizza) como a una hija.”

Fizza se hallaba junto al Imam Hussein (AS) en Karbala y presenció la desgarradora tragedia de Ashura el 10 de Muharrám. En su igualmente trágica consecuencia, acompañó a Hazrat Zainab (SA) y a los demás nobles cautivos de la Casa del Profeta a la corte del tirano Yazid en Damasco, donde diestramente defendió el Islam y el honor de la Ahl- ul- Bayt. Durante toda su vida siempre recordó la primera vez que se encontró con Hazrat Fátima Zahra (SA), cuando el Profeta la llevó a la casa. Primero fue saludada por la hija del Profeta, quien amablemente tomó su mano entre las suyas y le dijo: “”Siéntete cómoda, éste es tu propio hogar y considérame tu hermana. Descansa unos días. Luego un día yo haré el trabajo doméstico y tú descansarás y al día siguiente tú harás el trabajo doméstico mientras yo paso el día en la adoración de Dios Todopoderoso.”

Traducido por Fabiana Ríos, para UMMA, de:

http://www.imamreza.net/eng/imamreza.php?id=11344

 

 

 

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