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CONSEJO DIVINO: EL CONCEPTO DE LA RAZÓN EN EL CORÁN

Hasta ahora hemos discutido brevemente la forma de expresión del Corán y dijimos que, con el propósito de comunicar su mensaje, el Corán hace uso de dos tipos de idiomas, a saber, el lenguaje de la discusión racional y el lenguaje del sentimiento. Cada uno de estos idiomas tiene un atractivo específico. El primer tipo se dirige y apela al intelecto o razón, mientras que el segundo pretende apelar al corazón. Ahora examinaremos el punto de vista del Corán con respecto a la razón (‘aql).

Si el Corán reconoce o no la «autoridad» (hajjah) de la razón, como los eruditos del fiqh (jurisprudencia islámica) y del usul dicen, está por verse. Esto significa si deberíamos  o no respetar las sentencias de la razón y actuar según ellas si resultan ser correctas y acertadamente deducidas por ella. Por otra parte, si alguien actúa conforme a los dictados de la razón y de vez en cuando cae en un error, lo exonerará Dios, o Él los castigará a causa de ese error? Y, si uno es incapaz de actuar de acuerdo con las reglas de la razón, ¿merece castigo?

EVIDENCIA EN FAVOR DE LA AUTORIDAD DE LA RAZÒN

La cuestión de la autoridad de la razón en el Islam es cierta. Desde la antigüedad hasta el presente, ninguno entre los eruditos islámicos – excepto por un número muy pequeño- han negado la autoridad de la razón; ellos la han contado como una de las cuatro fuentes de jurisprudencia islámica.

1. EL ENFASIS DEL CORÀN EN EL RACIONALISMO

Puesto que nuestra discusión es sobre el Corán, creo que es necesaria para producir argumentos relativos a la autoridad de la razón en el Corán mismo. El Corán, de diversas maneras, confirma la autoridad de la razón. Se han citado unos sesenta a setenta versículos – y esta, también como se mencionò, sólo es una de las tantas maneras– en los cuales el Corán indica que tal o cual asunto ha sido mencionado por una razón sobre la cual reflexionar. Por ejemplo, el Corán se refiere a esta cuestión en una declaración sorprendente:

إِنَّ شَرَّ الدَّوَابِّ عِنْدَ اللَّهِ الصُّمُّ الْبُكْمُ الَّذِينَ لَا يَعْقِلُونَ

“Los peores animales ante Dios son los ciegos y sordos que no razonan.” (8:22)

Por supuesto, es obvio que el Corán no se refiere a los sordos y mudos físicamente, sino a aquellos que no quieren escuchar la verdad o a aquellos que, cuando oyen, no desean admitir con sus lenguas. En la visión del Corán, los oídos que son incapaces de escuchar la verdad y que sólo se utilizan para escuchar cosas absurdas y sin sentido, son sordos. La lengua que se utiliza simplemente para decir tonterías es muda.

Las personas que no razonan, son aquellas que no hacen uso de su intelecto y su facultad de pensamiento. Estas no son aptas para ser llamadas seres humanos. El Corán les incluye entre los animales. El Corán en otro versículo, al mismo tiempo que trae un tema relacionado con la Unicidad Divina (al-tawhid),  se refiere al tema de la unicidad de los Actos Divinos y dice:

وَمَا كَانَ لِنَفْسٍ أَنْ تُؤْمِنَ إِلَّا بِإِذْنِ اللَّهِ

“No es posible que ningún alma crea si no es con permiso de Dios…” (10:100)

Después de citar este tema profundo-un problema que no es fácilmente comprensible para cada mente humana- el Corán continúa el versículo así:

وَيَجْعَلُ الرِّجْسَ عَلَى الَّذِينَ لَا يَعْقِلُونَ

“…Y Él hace dudar a quien no razona.” (10:100)

En estos dos versículos que cito aquí a modo de ejemplo, el Corán, en los términos de la lógica, nos invita al raciocinio. Hay muchos otros versículos en el Corán que, sobre la base de la significación consecuente, puede decirse que acepta la autoridad de la razón. En otras palabras, el Corán hace declaraciones que no pueden aceptarse sin aceptar la autoridad de la razón. Por ejemplo, se le pide a un oponente que adelante argumentos racionales a favor de su posición:

قُلْ هَاتُوا بُرْهَانَكُمْ إِنْ كُنْتُمْ صَادِقِينَ

Dì: “Aportad vuestras pruebas, si es que sois sinceros” (2:111)

Esto deduce que el Corán ratifica la autoridad de la razón. En otro lugar utiliza el argumento silogístico para probar la existencia del Ser Necesario (wajib al-wujud):

لَوْ كَانَ فِيهِمَا آلِهَةٌ إِلَّا اللَّهُ لَفَسَدَتَا

“Si hubieran en ellos dos (en el cielo y en la tierra) otros dioses aparte de Dios, ambos se corromperían…” (21:22)

En estos versículos el Corán ha enmarcado una proposición condicional, que exonera o excluye la premisa antecedente para llegar a una conclusión que es consecuencia de ello. Así el Corán tiene como objetivo enfatizar el papel de la razón y refuta la opinión de algunas de las religiones que la fe es ajena, o es incompatible con la razón, y que para abrazar la fe uno tiene que suspender su facultad racional y concentrarnos solo en el corazón, así puede absorber la Luz Divina y ser iluminado por ella. Este punto de vista es totalmente negado y refutado por el Corán.

2. REFERENCIAS A LA LEY DE LA CAUSALIDAD

El otro argumento que apoya la opinión de que el Corán aprueba la máxima autoridad de la razón, es que define varios problemas en cuanto a la relación de causa y efecto. La relación causa y efecto, o la ley de la causalidad, es el fundamento del pensamiento racional. Esta ley es honrada por el Corán y también es empleada por él.

El Corán habla en nombre de Dios, el Todopoderoso, Creador del sistema de causa y efecto. A pesar del hecho de que Su Palabra trasciende las limitaciones de la causalidad, el Corán no es ajeno en señalar  el sistema de la causalidad en el universo; considera todos los fenómenos y eventos como subordinado a este sistema. El siguiente versículo apoya esta visión:

إِنَّ اللَّهَ لَا يُغَيِّرُ مَا بِقَوْمٍ حَتَّىٰ يُغَيِّرُوا مَا بِأَنْفُسِهِمْ

“En verdad, Dios no cambia la situación de un pueblo mientras ellos no cambien lo que hay en sus almas…” (13:11)

El Corán tiene la intención de decir que aunque todos los destinos dependen de la voluntad de Dios, Él nunca impone a los seres humanos tal suerte que es exterior y ajena a su decisión, voluntad y acción. Los destinos de las sociedades también cambian en función de su sistema intrínseco de funcionamiento. Dios no altera excesivamente el destino de una nación sin ninguna razón específica, a menos que ellos mismos logren un cambio importante en su sistema de valores sociales y morales y de su forma de llevar a cabo sus funciones individuales.

El Corán exhorta a los musulmanes a estudiar las condiciones y circunstancias de las sociedades del pasado y tomar lecciones de su historia. Es evidente que si el destino de las razas y naciones eran aleatorias, o dependientes de los accidentes, o fueron prescritos desde arriba, no tendría ningún sentido el consejo de estudiar y aprender una lección

Al poner énfasis en eso,  el Corán tiene la intención de recordarnos que un sistema uniforme de leyes rige los destinos de todas las naciones del mundo. También nos recuerda que si las condiciones de una sociedad en la que vivimos, son similares a las condiciones que prevalecen en una sociedad del pasado, nos espera también el mismo destino. En otra parte, el Corán dice:

فَكَأَيِّنْ مِنْ قَرْيَةٍ أَهْلَكْنَاهَا وَهِيَ ظَالِمَةٌ فَهِيَ خَاوِيَةٌ عَلَىٰ عُرُوشِهَا وَبِئْرٍ مُعَطَّلَةٍ وَقَصْرٍ مَشِيدٍ أَفَلَمْ يَسِيرُوا فِي الْأَرْضِ فَتَكُونَ لَهُمْ قُلُوبٌ يَعْقِلُونَ بِهَا أَوْ آذَانٌ يَسْمَعُونَ بِهَا

“¡Cuántas ciudades hemos destruido por haber sido opresoras y quedaron totalmente en ruinas! ¡Cuántos pozos abandonados! ¡Cuántos palacios derrumbados! ¿No han viajado jamás por la Tierra con corazones capaces de entender y oídos capaces de escuchar?…” (22:45-46)

A partir de esta afirmación, podemos deducir que la afirmación de la ley de la causalidad y de la aprobación de la relación de causa y efecto, implica la aceptación de la autoridad de la razón.

3. BASE RACIONAL DE LOS COMANDOS DIVINOS

Otro argumento que demuestra que el Corán cree en la autoridad suprema de la razón, es que el Corán siempre explica la razón de ser de sus mandamientos, leyes y preceptos. Los eruditos de Usul al-din (los principios de la Fe) sostienen que los daños y beneficios causados ​​por las acciones humanas están entre las razones detrás de las leyes y mandamientos. Por ejemplo, mientras que en un solo lugar el Corán ordena la realización de las oraciones, en otro lugar explica la filosofía de la oración:

إِنَّ الصَّلَاةَ تَنْهَىٰ عَنِ الْفَحْشَاءِ وَالْمُنْكَرِ

“En verdad, la oración protege del pecado y de la equivocación…” (29:45)

Menciona los efectos espirituales de la oración, y señala cómo la oración puede edificar al hombre. Explica que es a causa de esta exaltación que el hombre puede disociarse de indecencias. Por otra parte, después de que se establecen disposiciones para la observación del ayuno, el Corán explica la razón de su orden:

كُتِبَ عَلَيْكُمُ الصِّيَامُ كَمَا كُتِبَ عَلَى الَّذِينَ مِنْ قَبْلِكُمْ لَعَلَّكُمْ تَتَّقُونَ

“Se os ha ordenado que ayunéis, de la misma manera que fue ordenado a quienes os precedieron.”  (2:183)

Asimismo, con respecto a otros mandamientos como aquellos relacionados con el zakat (caridad) y la yihad, el Corán aclara su necesidad para el individuo, así como para la sociedad. De esta manera, el Coràn, a pesar de la naturaleza trascendental de los mandamientos Divinos, aclara totalmente su importancia mundana y terrestre y pide a los hombres que mediten sobre su fundamento hasta que su significado se convierta en explícito, para que no se pueda imaginar que estas leyes se basan en una serie de nociones ocultas más allá del poder de la comprensión humana.

4. COMBATIENDO LAS DESVIACIONES DE LA RAZÓN

Otra evidencia a favor de la afirmación del Corán de la autoridad de la razón –la cual es más concluyente que las anteriormente mencionadas- es la batalla que lanzó contra todos aquellos agentes que obstruyen el correcto funcionamiento de la razón. Para la aclaración de este punto, nos vemos obligados a mencionar ciertas cosas a modo de introducción.

La mente humana puede, en muchos casos, caer en el error. Este hecho es reconocido por todos nosotros. Sin embargo, este peligro no se limita al intelecto, sino que igualmente puede acontecer también con los sentidos y los sentimientos. Sólo por el sentido de la visión, se han señalado decenas de errores visuales e ilusiones ópticas. En el caso de la razón, también, hay veces cuando la gente enmarca un argumento y una lógica y dibujan una inferencia sobre su base, pero luego se dan cuenta que la base de su conclusión era errónea.

Aquí surge la pregunta, si la facultad de la razón debe ser suspendida a causa de sus fracasos ocasionales, o si debemos emplear otros medios para descubrir los errores del intelecto y tratar de evitar estos errores. Al responder esta pregunta, los sofistas dijeron que no se debe confiar en la razón, y que, básicamente, la argumentación y el razonamiento es una práctica absurda.

Otros filósofos han dado una respuesta adecuada a los sofistas diciendo que los sentidos también pueden errar como la razón, pero nunca nadie ha recomendado su suspensión. Puesto que no era posible descartar la razón, los filósofos resuelven encontrar maneras de asegurar la razón del error. Durante sus esfuerzos en este sentido, descubrieron que todos los argumentos constan de dos partes, es decir, materia y forma. Como un edificio que tiene varios ingredientes en su construcción, como la cal, el cemento, el acero, etc. (materia), para adquirir una estructura específica (forma).

Para lograr la permanencia y la perfección de su construcción, es esencial adquirir el material adecuado, así como para  elaborar un plan perfecto e impecable. También, para la exactitud y precisión de un argumento, es esencial que su contenido y forma estén libres de errores y defectos. Para juzgar la validez de la forma de alguno de los argumentos entró en existencia la  lógica formal o Aristotélica. La función de la lógica formal es determinar la exactitud o inexactitud de la forma de un argumento y ayudar a la mente para evitar errores en el proceso del razonamiento.

Pero el principal problema que queda es que únicamente la lógica formal es insuficiente para este propósito, porque sola no puede garantizar la validez de un argumento. Puede dar garantías sobre un solo aspecto. Para obtener la perfección en el aspecto material, el uso de material lógico es también esencial, es decir, necesitamos ciertos criterios para el control de la calidad del material racional.

Pensadores como Bacon y Descartes se esforzaron mucho para evolucionar una especie de lógica material similar a la lógica formal de Aristóteles, que fue ideada para el razonamiento formal. Obtuvieron ciertos criterios en este sentido, aunque no son tan universales como los de la lógica aristotélica, sino que son, de manera limitada, útiles en la prevención de la mente de cometer errores en el razonamiento. Algunos pueden sorprenderse al saber que el Corán ha presentado dichos principios para la prevención de cualquier lapsus en el proceso de razonamiento, que superan en mérito y prioridad los esfuerzos de los filósofos como Descartes y otros.

Fuente: Extraìdo de “Understanding the Uniqueness of the Quran” escrito por  Shaheed Ayatullah Murtadha Mutahhari (ra)

Link: http://www.aimislam.com/divine-advice-conception-of-reason-in-the-quran/

Traduccìòn: LAILA HAKIM para UMMA

 

Filed in: Aleyas y Exégesis, Práctica Islámica, Religión

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