Una persona le dijo al Imam Jafar Sadiq (La Paz sea con él): Imam! Una persona sostiene la fe shiíta y es un firme creyente. Pero él ha entrado en reclusión y no cumple con sus amigos y familiares.
El Imam (La Paz sea con él) dijo: “¿Cómo aprenderá acerca de los asuntos de la religión si huye de la compañía de las personas?”. Luego el Imam (La Paz sea con él) agregó: «Oh gentes! Ustedes deben regularmente participar en las oraciones en comunidad en la mezquita. Deberían intentar conocer a las personas piadosas y buenas. En tiempos de necesidad deben tener testigos de sus asuntos. Únanse a los cortejos fúnebres de los Mu’mins (creyentes). La vida humana no es posible sin la interacción social de personas en la sociedad».
El Imam (La Paz sea con él) dijo: «Un musulmán tiene siete derechos sobre otros musulmanes. Si uno de estos derechos no se cumplen, entonces una persona podría ser excluida de la lista de los amigos de Allah. El menor derecho de un musulmán sobre sus compatriotas es que lo que uno desea para sí mismo, lo mismo desee para sus hermanos. Del mismo modo lo que no le gustaría que le suceda, debe querer que no le suceda a sus hermanos en el Islam”.
El Segundo derecho es que un musulmán debe evitar desagradar a otro musulmán. El tercer derecho consiste en que un musulmán debe ayudar otro tanto física como monetariamente a la medida de lo posible. El cuarto derecho de un musulmán es que debe guiar a otros musulmanes a la mejor de sus habilidades. El quinto derecho es que si un musulmán tiene hambre, el otro debe compartir su comida con él. El sexto es que si uno tiene un criado y el otro no, entonces el criado debe enviarse al otro por una parte del tiempo. El séptimo es que debe visitar al otro musulmán cuando lo llame, cuidar de él mientras esté enfermo y participar en los ritos funerarios cuando hay una muerte. Cumplir con las necesidades de otros musulmanes sin pedir ayuda. Cuando estos derechos son atendidos, entonces allí habrá amistad y amor entre los miembros de la sociedad.»
Entonces el Imam (La Paz sea con él) le dijo a sus compañeros: “Hagan buenas obras. Vivan como hermanos y hermanas. Vuestra amistad debe ser siempre en el camino de Allah y cuando se encuentren, discutan sobre los asuntos de la fe y la religión. Mantengan viva la fe verdadera y denle fuerza. Hacer algo por un Mu’min equivale a liberar a mil esclavos. También es mejor que el envío de mil jinetes para la Yihad”.
Las tradiciones que indican guardar distancia de las personas apuntan a mantener una distancia de las malas compañías. Porque dicha compañía podría causar algún daño a una persona de fe. Conocer a los virtuosos y advertir a los pecadores ha sido siempre la costumbre de los Profetas (La Paz sea con todos ellos). Este acto es superior a muchos. Quedarse en casa es recomendado sólo para los hombres de malas compañías.
El Profeta (Paz y Bendición para él y su familia) ha dicho que un musulmán que empieza su día sin pensar en las necesidades de sus otros hermanos musulmanes no es un verdadero musulmán. Un musulmán que encuentra a otro en problemas y no le ayuda, no es musulmán.
Alguien le preguntó al Profeta (Paz y Bendiciones para él y su familia) en cuanto a quién es la persona más querida por Allah? El Profeta (Paz y Bendiciones para él y su familia) respondió: «Aquel que es de ayudar a otros seres humanos!». Otro preguntó: «Oh Profeta (Paz y Bendiciones para él y su familia)! ¿Puede Allah ser visto?». El Profeta (Paz y Bendiciones para él y su familia) respondió: «Por qué no? Vé a reunirte con un Mu’min. La recompensa que uno consigue por reunirse con una persona piadosa es igual a la de reunirse con Allah!».
El Imam Ja’far Sadiq (La Paz sea con él) dijo que ayudar a un hermano musulmán podría engendrar más bendiciones de Allah que liberar a mil esclavos.
Por: Allama Muhammad Baqir Majlisi
Fuente: Tebyan
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Traducciòn: LAILA HAKIM para UMMA