Naryis (P)

Entre las creencias mantenidas por los musulmanes, figura la de la existencia del duodécimo Imam (P), descendiente directo del Profeta Muhammad (PB) que vendrá a acabar con la corrupción y la tiranía, y a establecer el reino de la justicia. Ahora veremos la historia de la madre del Imam Mahdí (la paz sea sobre ellos), su excelencia Yanab-e Naryis Jatun.

Ella era una princesa romana, y fue milagroso cómo ella entró en la vida del Imam Hasan al Askari (P), para convertirse en su esposa y madre del Imam Mahdi (P). El Imam Ali An-Naqi (P), abuelo del Imam Mahdi (P), le encomendó ésta importante misión a su amigo Bushr ibn Suleiman. Lo primero que hizo fue escribir una carta (en caracteres romanos) y la selló con su propio sello de nobleza. La colocó dentro de una bolsa roja con 220 dinares y le dijo a su amigo:

IMAM ALI AN-NAQI: Toma esto y vete a Bagdad. Ve al río donde están las embarcaciones de pasajeros procedentes de Siria. Cuando notes que la mayoría de los compradores de esclavas son agentes de Bani-Abbas y que sólo hay unos cuantos jóvenes árabes haciendo compras, busca durante todo el día al propietario de una de las embarcaciones , cuyo nombre es Amir ibn Yazid. Pon atención cuando él muestre a una joven esclava que irá vestida con dos prendas de seda para no ser vista ni que la toquen los compradores. La oirás gritas en la lengua de Roma “Aunque tengas toda la riqueza y la gloria de Salomón, hijo de David, nunca te tendré afecto, así que cuídate para no malgastar tu dinero”. Y si un comprador se le acercase a ella le dirá: “¡maldito sea el hombre que descubra mis cejas!”. Entonces su dueño protestará diciendo:”¡Qué recursos tengo yo si estoy obligado a venderte!”. Entonces deberás fijarte en la respuesta de la esclava que dirá: “Porqué tanta prisa, déjame a mí elegir mi propio comprador, al que mi corazón acepte con confianza y gratitud”. Después, ¡oh, Bushr!, ve y dile a Amr ibn Yazid que tienes una carta en caracteres romanos escrita por un hombre noble y que dicha carta hace gala de su generosidad, afecto y liberalidad. Debes darle la carta a la esclava para que la lea y ella pueda hacerse una idea del tipo de hombre que desea comprarla.

Bushr relató más tarde…

BUSHR: Cuando cumplí todas las instrucciones y le entregué la carta a la joven, ella difícilmente contenía su llanto al leerla. Entonces ella le dijo a Amr ibn Yazid: “Véndeme al que ha escrito ésta carta porque si tú lo rechazas me mataré con toda seguridad.” Entonces hablé y discutí el precio con Amr, hasta que los dos convinimos en que valía 220 dinares, justo el dinero que mi maestro me había dado. Cuando pagué el importe y recibí a la joven esclava, ella se vino conmigo sin protestar. Realmente ella estaba sonriente y muy contenta. En su emoción tomó otra vez la carta del Imam Ali Naqui de su bolsillo, la besó, se la pasó sobre las cejas y sus ojos, y se frotó además la cara con ella. Le dije que me maravillaba ver su forma de actuar, cuando ella aún no conocía al autor de la carta. Y ella me respondió:

NARYIS: Que el linaje del Profeta aleje tus dudas……… Soy princesa, nieta del Emperador de Roma. Mi madre era descendiente de Shamun (Simón Pedro), el discípulo de Jesús. Mi abuelo el emperador, quería a toda costa que yo me casara con un sobrino suyo, yo tenía entonces 13 años. El hizo en su palacio una gran reunión, donde congregó a 300 monjes y ermitaños, 700 miembros de la nobleza y 4000 oficiales del ejército y de las clases acomodadas. Él estaba en un trono especial, totalmente incrustado en pedrería, emplazado en un patio del palacio y al que accedía subiendo 40 escalones. Junto a él estaba su sobrino sentado cerca del trono y éste estaba totalmente rodeado de imágenes. Los sacerdotes católicos que allí había eran los encargados de hacer los honores al emperador. Abrieron los Evangelios y la base del trono cedió , y todas las imágenes cayeron. Mi primo cayó con el trono y se desmayó. Todos los invitados quedaron sobrecogidos de miedo y exclamaron:”OH, REY, líbranos de ser testigos de éste fatídico día, porque éstas pruebas certifican el declive de la religión cristiana y su desaparición”. Mi abuelo, furioso, ordenó arreglar los pilares del trono para afianzarlo nuevamente para mi boda, ésta vez con otro sobrino. Pero otra vez ocurrieron las mismas cosas y en ésta ocasión, la gente estaba tan aterrorizada que se dispersaron en todas las direcciones. La noche siguiente a estos hechos yo tuve un sueño, en el que el Profeta Jesús (P), aparecía con sus discípulos en el mismo patio del trono. Le habían hecho un púlpito de luces y he aquí que el Profeta Muhammad (P) y todos los purificados descendientes de su familia entraron en el palacio. El Profeta Jesús (P) se levantó para saludar y abrazar al Profeta Muhammad (P) y le dijo: “¡Oh espíritu de Dios, he venido a buscar a la hija de tu discípulo Pedro para mi hijo Hasan al –Askari”. Jesús miró a Pedro que estaba con los demás discípulos y le dijo : “La nobleza y la gloria han venido hasta ti, en esta ocasión para unir tu generosidad con la de la casa de Muhammad”. Pedro asintió y todos subieron hasta el púlpito de luz al tiempo que Muhammad dirigía la ceremonia nupcial. Después del sueño, cuando me desperté, tuve miedo y no quise contarle nada de ésta historia a nadie. Mientras guardaba el secreto, el amor por Hasan al-Askari fue encontrando su lugar en mi corazón, impulsándome a no comer. A resultas de eso empecé a perder peso y enfermé. Mi abuelo llamó a todos los médicos de la ciudad sin resultado, y finalmente me dijo:

EMPERADOR: “¡Oh, tu que viste la luz ¿tienes algún deseo en tu corazón que yo pueda satisfacerte?

NARYIS: “Las puertas del placer están cerradas para mí, pero si tú liberas a los prisioneros musulmanes, es posible que Jesús y su madre puedan ayudarme”….. Mi abuelo accedió a mi petición y después de esto empecé a comer y a sentirme mejor. Pasaron 14 días y tuve otra visión en la que Fátima Zahrá, la hija del Profeta y Mariam , la madre de Jesús, me explicaron que no podía casarme con el Imam Hasan al-Askari hasta que no me hiciera musulmana y declarase: “No hay divinidad excepto Allah y Muhammad es su mensajero”. Yo acepté y a partir de ese momento cada noche veía en visión al Imam al-Askari.

BUSHR: “¿Pero cómo vino a caer entre los prisioneros?”

NARYIS: “ Mi abuelo, según me contó el Imam Hasan, estaba decicido a enviar un ejército contra los musulmanes, por ese motivo yo con algunas de mis damas, pudimos aprovechar la ocasión para disfrazarnos y unirnos a éste ejército. Poco después unos soldados musulmanes nos tomaron como prisioneras”.

BUSHR NARRANDO: Cuando llegamos a Samarra, nos encaminamos directamente a ver al Imam an- Naqui, que lo recibió dando muestras de alegría. El Imam preguntó a la joven Naryís si deseaba que se le entregaran diez mil dinares o prefería recibir una buena noticia. Ella escogió esto último y el Imam dijo que ella se casaría con su hijo Hasan , el que ella había visto en sus sueños, y que además sería la madre de alguien que traería justicia al mundo para que reinara sobre toda la Tierra. Fue puesta desde ese día bajo la tutela de Hakima, la hermana del Imam Al-Naqui, con encargo de cuidarla y enseñarle las normas del Islam.

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