Por Masuma Assad de Paz
El por qué Al-lah es merecedor de alabanza:
“¡Dios mío! Las alabanzas Te pertenecen porque has creado y has dado la justa proporción; has decretado y predestinado, has dado la muerte y la vida, has dado la enfermedad y la curación y has dado el bienestar y la aflicción…”
Esta parte de la súplica nos recuerda a la aleya 3 de la sura 65 (El divorcio) en la frase que dice:
ان الله بالغ امره قد جعل الله لکل شیء قدرا
Ciertamente Al-lah hace que Su orden (Su voluntad) se realice y ha establecido una medida para cada cosa. (Corán, 65:3).
Según los exégetas, “esto significa que, en la voluntad de todos los pueblos, gobiernos y [en la vida de las personas], existe la posibilidad de un fracaso, una ineficacia y un callejón sin salida. Lo único en lo que no hay manera de fallar es en la voluntad de Dios. «Ciertamente Dios hace realizar su Orden»
La razón de nuestra confianza es el poder infinito de Dios. «Ciertamente quien confía en Dios, Dios le es suficiente. Dios hace que se realice Su Orden «
El sentido de nuestra confianza y del poder de Dios no es que el hombre logre todos sus deseos, porque todos los asuntos de la existencia tienen sus leyes, cálculos y registros. «“…Y quien confíe en Al-lah, Él le será Suficiente. Ciertamente Al-lah hace que Su orden (Su voluntad) se realice y ha establecido una medida para cada cosa. (Corán, 65:3).
Aiatullah Qarati nos explica que por más que uno le pida algo a Dios muy fervientemente, Dios ya le ha dado a cada cosa su propio lugar. Si nos creó humanos, por más que pidamos ser aves, no nos convertirá en ave, por ejemplo. Al-lah ya ha emitido su orden de que seamos humanos. Y lo mismo ocurre con nuestro destino, hay cosas que pedimos porque las deseamos, pero tal vez Al-lah tiene otra determinación para nosotros. Debemos tener claro que Al-lah es nuestro creador y nosotros sus criaturas y no al revés, nos debemos a Él y a Él nos sometemos y no al revés. Pero también debemos saber que todo lo que proviene de Dios es una bendición para nosotros y muchas veces nosotros deseamos cosas para nosotros que no son convenientes. En palabras del propio Corán:
كُتِبَ عَلَيْكُمُ الْقِتَالُ وَهُوَ كُرْهٌ لَكُمْ ۖ وَعَسَىٰ أَنْ تَكْرَهُوا شَيْئًا وَهُوَ خَيْرٌ لَكُمْ ۖ وَعَسَىٰ أَنْ تُحِبُّوا شَيْئًا وَهُوَ شَرٌّ لَكُمْ ۗ وَاللَّهُ يَعْلَمُ وَأَنْتُمْ لَا تَعْلَمُونَ
Se os ha prescrito combatir (a quienes rechazan la verdad), aunque ello os disgusta; mas, puede ser que os disguste algo que sea beneficioso para vosotros y puede ser que os agrade algo que sea perjudicial para vosotros. Al-lah sabe, mientras que vosotros no sabéis. (Corán, 2:216)
Esta aleya nos esclarece acerca del criterio de la verdad y la falsedad que no se relaciona con la facilidad o la dificultad, sino en lo que nos acerca a Al-lah o nos aleja, en lo que nos permita perfeccionarnos o involucionar espiritualmente. Nos pone como ejemplo de lo que más aborrecemos a la guerra y, aún así, dice que es beneficiosa. Si el criterio es lo que nos gusta no nos beneficiaríamos, pues la guerra cuando se nos impone hay que hacerle frente para no sucumbir en la dominación vil. Por ello, el no participar en ella es una desgracia para toda nación o pueblo. La guerra, cuando es en defensa y por la causa de Dios, a pesar de las dolorosas consecuencia, también hacen más fuerte el espíritu de una nación y la relación con Dios. Este es a modo de ejemplo, pero hay muchas otras cosas que no nos agradan y sin embargo nos beneficiarían y viceversa, muchas cosas nos gustan y sin embargo, nos perjudican.
Volviendo al párrafo de la súplica: “¡Dios mío! Las alabanzas Te pertenecen porque has creado y has dado la justa proporción; has decretado y predestinado, has dado la muerte y la vida, has dado la enfermedad y la curación y has dado el bienestar y la aflicción…” verdaderamente es un párrafo esperanzador donde, realmente nos hace un llamado a aferrarnos a Al-lah, sea cual sea la dificultad que estemos atravesando, y ejemplifica que en todo está Él, a cada cosa le dio su medida y no hay nada que Él no lo abarque y solucione. Así como dio la enfermedad, también dio la curación, así como hay bienestar también hay aflicción, así como dio la vida, da la muerte pero en todas hay esperanzas cuando es el designio de Dios. Con la muerte hay resurrección, con las pruebas hay crecimiento y cercanía a Al-lah. Por eso, cuando dice, ciertamente le ha dado su medida a cada cosa, se refiere a Su decreto, Su designio y que en la confianza en Él está la solución de nuestro destino. Para la enfermedad ha dado la medida de la curación. No dejó cosa sin tener voluntad. (Continuará).