*Respuesta a Muhammad Ĥanafiah*
Entre quienes demostraron tener temor por la decisión del Imam, se encontraba Muhammad Ĥanafiah, uno de los hijos del Príncipe de los creyentes, Imam ‘Alî (la paz sea con él), que según lo transmitido por Tabarî y otros historiadores visitó al Imam Husaîn (la paz sea con él) y le dijo:
¡Hermano! Tú eres entre todos, el más amado y el más querido para mí y yo tengo la responsabilidad de decirte lo que considero que es beneficioso para ti. Y creo que, por ahora, no debes instalarte en ningún lugar en forma permanente, sino que tú y tus hijos deben permanecer lejos de lazîd y de esta ciudad y, desde allí, envía representantes hacia la gente y atrae su apoyo. De modo que, si te juran fidelidad, le agradecerás a Dios y si juran a otro, no recibirás daño alguno. Pero si entras en una de estas ciudades temo que ello produzca discrepancia entre la gente y que un grupo te apoye y otro se levante contra ti; y que todo termine en una masacre en la que tú recibas alguna aflicción y en ese momento es que la sangre de la mejor gente de esta comunidad será derramada vanamente y su familia será humillada.
El Imam dijo: «Según tu opinión, ¿a qué ciudad sería mejor que me dirija?». Muhammad Hanafiah dijo: «En mi opinión, te diría que entres en la ciudad de la Meca y si no encuentras seguridad allí, marcha de una ciudad a otra por la vía del desierto para ver mejor la situación de la gente y su futuro. Espero que el camino correcto quede frente a tus pies ya que tienes un profundo conocimiento e ideas
correctas y puedes resolver los problemas uno tras otro con previsión y precaución». El Imam respondió: «‘Aji, lau lam iakun fid dunia malÿâ’un ûa la ma’ûa»…:
أخِي لَوْ لَمْ يَكُنْ فِي الدُّنْيَا مَلْجَاء وَ لا مَاءُونَ لَمَا بَايَعْتُ يَزِيد بن معاوية … يا امي جزاك الله خَيْراً لَقَدْ نَصَحْتَ وَ أَشَرْتَ بِالصَّوابِ وَ أَنَا عَازِمٌ عَلَى الخروج إلى مكة و قَدْ نَيَّاتُ لِذلِكَ أَنَا وَ الحوتى وَ بَنُو أخى وَ شِيْعَنِي وَ أَمْرُهُمْ أَمْرَى وَ رَاء يُهُمْ
راء يي وَأَمَّا أَنتَ فَلا عَلَيْكَ أَنْ تُقِيمَ بِالْمَدِينَة فَتَكُونُ لى عَيْناً عَلَيْهِمْ لَا تُخْفَى عَنِّي شَيْئًا مِنْ أمُورِهِمْ لا ذَعَرْتُ السَّوامَ في فَلَقِ الصُّبح مغيراً وَ لا دُعِيتُ يزيدا يَوْمَ أَعْطَى مَخَافَةَ المَوتِ كَفَاً وَ الْمَنايَا يَرْصُدْنَنِي أَنْ أَحيدا
«Hermano, tú que me propones marchar de una ciudada otra para abstenerme o alejarme de jurar fidelidad a lazid debes saber que, si en el mundo entero no quedase ningun refugio ni amparo para mí, jamás juraría fidelidad a lazid Ibn Mu’âûîah».
En ese momento las lágrimas comenzaron a caer sobre el rostro de Muhammad Hanafiah, entonces el Imam continuó:
«Hermano, que Dios te recompense grandemente, ciertamente que mostraste tu buena intención para conmigo, y me señalaste la vía correcta, pero yo (sé bien cuál es mi responsabilidad) he decidido marcharme hacia Meca y, junto a mis hermanos, sobrinos y un grupo de mis seguidores, estamos preparados para partir, pues SUS asuntos son mis asuntos y sus decisiones son mis decisiones, pero en cuanto a ti, no debes marchar con nosotros. Tu responsabilidad es quedarte en Medina, y ser mis ojos entre ellos [los enemigos] durante mi ausencia, debes controlar todos los movimientos de los Omeyas y ponerme al tanto de lo que sucede».
El Imam, luego de su conversación con Muhammad Ĥanafiah, se dirigió a la mezquita y al santuario del Profeta (la paz sea con él y su descendencia) una vez más. En el camino recitaba constantemente las prosas que lazîd Ibn Mufarreġ había escrito, expresando su entereza y dignidad, a pesar de las amenazas y peligros:
«Yo no temo a los pastores en el momento del alba,
Ni temo que me ataquen en medio de la noche Dejaría de llamarme lazîd Ibn Mufarreg
Si les doy la mano de la humillación por temor a la muerte,
Alejándome de los peligros que surjan ante mi».
‘Abu Sa’id Miqbarî dijo: «Cuando escuché esos versos de boca del Imam, me di cuenta por su contenido, que esta eminencia está pensando en un objetivo elevado y un proyecto grandioso».
Conclusión: El Imam (la paz sea con él) con este diálogo que mantuvo con Muhammad Hanafiah y con la recitación del poema de Îazîd Ibn Mufarreġ, explicó el motivo de su levantamiento, es decir, su oposición a lazîd. Su decisión fuerte muestra que, si en toda la extensión de la Tierra no hubiese ningún lugar de refugio y amparo para él, jamás se sometería a jurarle fidelidad a Iazîd, resistiría con firmeza frente a cada peligro, para alcanzar su objetivo.
Este era el objetivo del Imam y su pensamiento interno que lo expresó en su diálogo y en la poesía».*
*Esta expresión del Imam nos hace acordar las palabras del gran lider de la Revolución Islámica Aiatul-lâh Jomeini (Dios tenga misericordia de él), quien continuó los objetivos del Imam Husaîn (la paz sea con él), cuando por parte del régimen baasista de Irak tuvo que abandonar este país y en un comunicado histórico dijo: «Si ningún gobierno me permite residir en su pais, yo subiré a un barco y en medio de las bravas olas de los mares, haré llegar a los oídos del mundo mi voz, que es la voz de los musulmanes oprimidos.»
Libro: Palabras del Imam Husain desde Medina a Karbalá.
Autor: Aiatullah Muhammad Sadiq Naymí.
Traductores: Zohre Rabbani, Masuma A. de Paz.
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