12 Continuación de la Exégesis de la Sura Al-Baqarah, Aleyas 8-16

En el Nombre de Dios, el Clementísimo, el Misericordiosísimo

‎‏وَ مِنَ النَّاسِ مَنْ يَقُولُ آمَنَّا بِاللَّـهِ وَ بِالْيَوْمِ الْآخِرِ وَ ما هُمْ بِمُؤْمِنِينَ (٨) يُخادِعُونَ اللَّـهَ وَ الَّذِينَ آمَنُوا وَ ما يَخْدَعُونَ إِلاَّ أَنْفُسَهُمْ وَ ما يَشْعُرُونَ (٩) فِي قُلُوبِهِمْ مَرَضٌ فَزادَهُمُ اللَّـهُ مَرَضاً وَ لَهُمْ عَذابٌ أَلِيمٌ بِما كانُوا يَكْذِبُونَ (١٠) وَ إِذا قِيلَ لَهُمْ لا تُفْسِدُوا فِي الْأَرْضِ قالُوا إِنَّما نَحْنُ مُصْلِحُونَ (١١) أَلا إِنَّهُمْ هُمُ الْمُفْسِدُونَ وَ لكِنْ لا يَشْعُرُونَ (١٢) وَ إِذا قِيلَ لَهُمْ آمِنُوا كَما آمَنَ النَّاسُ قالُوا أَ نُؤْمِنُ كَما آمَنَ السُّفَهاءُ أَلا إِنَّهُمْ هُمُ السُّفَهاءُ وَ لكِنْ لا يَعْلَمُونَ (١٣) وَ إِذا لَقُوا الَّذِينَ آمَنُوا قالُوا آمَنَّا وَ إِذا خَلَوْا إِلی‌ شَياطِينِهِمْ قالُوا إِنَّا مَعَكُمْ إِنَّما نَحْنُ مُسْتَهْزِؤُنَ (١٤) اللَّـهُ يَسْتَهْزِئُ بِهِمْ وَ يَمُدُّهُمْ فِي طُغْيانِهِمْ يَعْمَهُونَ (١٥) أُولئِكَ الَّذِينَ اشْتَرَوُا الضَّلالَةَ بِالْهُدی‌ فَما رَبِحَتْ تِجارَتُهُمْ وَ ما كانُوا مُهْتَدِينَ (١٦)

“Y entre la gente hay algunos que dicen: «¡Creemos en Dios y en el Último Día!», pero no son creyentes. “( 2:8)

“Procuran engañar a Dios y a los creyentes, pero sólo se engañan a sí mismos, sin darse cuenta.” (2:9)

“Sus corazones están enfermos y Dios les ha agravado su enfermedad. Tendrán un castigo doloroso por haber mentido. “ (2:10)

“Cuando se les dice: «¡No corrompáis en la Tierra!», dicen: « ¡Ciertamente somos reformadores!»” (2:11)

“¿Acaso no son ellos los corruptores? Pero no se dan cuenta.” (2:12) 

“Y cuando se les dice: «Creed como cree el resto de la gente!», dicen: «¿Vamos a creer como creen los tontos?» ¿Acaso no son ellos los tontos ? Pero no lo saben.” (2:13)

“Y cuando se encuentran con aquellos que creen, dicen: «¡Creemos!» Pero cuando se quedan a solas con sus demonios, les dicen: La verdad es que estamos con vosotros y sólo queremos burlarnos. (2:14)

“Dios se burlará de ellos y les dejará que persistan en su rebeldía, errando ciegos.” (2:15)

“Esos son los que han trocado la dirección por el extravío. Por eso, su negocio no ha resultado lucrativo y no han sido bien dirigidos.” (2:16) ‏

NOTAS:

1.– El surgimiento de la hipocresía y sus causas.

Cada vez que tiene lugar una revolución en una zona definida – especialmente si busca establecer la verdad y la justicia como ocurre con la revolución islámica-  inevitablemente los intereses del sector de opresores, saqueadores y tiranos se ve en peligro. Por eso, este sector se esfuerza ampliamente en hacer fracasar la revolución, al principio a través de las burlas y el menosprecio, y 

luego a través de las armas, las acciones militares, la presión económica, las campañas de publicidad tendenciosa que buscan engañar a la población, etc. Cuando a pesar de todo, se hace evidente el triunfo de dicha revolución en todos los ámbitos, un grupo de estos enemigos cambia de táctica y declara integrarse a la misma a fin de presentarle oposición desde adentro y en secreto. Ellos se llaman “hipócritas“ por tener dos caras diferentes y son el mayor peligro de la revolución, pues sus posiciones no son claras y la comunidad 

revolucionaria no puede reconocerlos para rechazarlos de sus filas. Por eso ellos se infiltran entre la gente sincera y buena, y a veces alcanzan a ocupar importantes cargos dentro del gobierno de la sociedad.

La revolución del Islam tuvo que enfrentar a estos grupos desde sus comienzos. Luego de la emigración del Profeta (BPD) de la Meca a Medina, se establecieron las primeras bases del gobierno islámico y luego del triunfo en la batalla de Badr, el pequeño grupo de hipócritas se formó oficialmente y se fortaleció. Los triunfos militares hicieron temer a los líderes de Medina, especialmente a los judíos, quienes eran respetados entre los árabes por su cultura y su situación económica, y eran quienes habían anunciado la aparición y manifestación de un Profeta árabe. También había en Medina algunos jefes y líderes que pretendían gobernar la ciudad y que luego de la llegada del Profeta (BPD) al ver que toda la gente se inclinaba a respetarlo y obedecerlo, consideraron inútil tratar de enfrentarlo abiertamente y por eso, aparentaron islamizarse, ya que evaluaron que si persistían tercamente en enfrentarlo peligraba su posición social y económica, lo cual los exponía a la aniquilación.

Hay que considerar que la fuerza de los árabes de aquella época residía en la tribu, y las tribus de la zona se habían islamizado. Entonces ellos eligieron otro camino que consistía en aparentar islamizarse para planear destruir al Islam desde adentro y en secreto.

En resumen, podemos decir que el surgimiento de la hipocresía en la sociedad se debe a dos causas: Primero, el triunfo mismo de la revolución y su predominio en la sociedad. Segundo, el fracaso de los oponentes para enfrentarse abiertamente y su inevitable sometimiento a la convocatoria.

2.– Es necesario conocer a los hipócritas en la comunidad.

Sin lugar a ninguna duda, el fenómeno de la hipocresía no se circunscribió únicamente a la época del Profeta (BPD), sino que tiene lugar en mayor o menor medida, de un modo u otro, en todas las sociedades. Por eso,  hay que conocerlos según los signos y atributos que el Corán expone de ellos, para que no puedan dañar ni crear peligros para la comunidad, para impedir sus conspiraciones y oponérseles. En las aleyas mencionadas y en otras de la sura “Los hipócritas“ (63 del Corán), así como en las tradiciones islámicas (“Hadices“), se mencionan numerosas características que los identifican. Por ejemplo:

A) Hablar con muchas pretensiones y haciendo mucho alboroto, pero sin contenido. Es decir, hablan mucho pero su obra es escasa y sin armonía.

B) Adoptan el color de cada ámbito y le hablan a cada grupo según sus gustos, para conformarlos. A los creyentes les dicen “creemos“, y a los oponentes les dicen “estamos con ustedes“.

C) Se separan de la comunidad formando pequeños grupos secretos con planes de conspiración.

D) Se caracterizan por el engaño, la astucia, las mentiras que dicen, el romper los pactos y la deslealtad (traicionan a quien confía en ellos).

E) Se ven a sí mismos por encima de las gentes considerándolos insignificantes y tontos, creyéndose ellos mismos inteligentes y juiciosos.

En resumen, podemos decir que la dualidad entre el interior y la conducta externa de los hipócritas presenta numerosas y diferentes manifestaciones en sus obras, dichos y comportamientos sociales, las cuales pueden verse e identificarse perfectamente. ¡Qué hermosa es la expresión coránica que dice de ellos: “Sus corazones están enfermos“. ¿Y qué enfermedad es peor que la dualidad en la personalidad, el considerarse superior a los demás y el no tener coraje para enfrentar a los acontecimientos directamente, en forma abierta? Esta enfermedad al igual que otras del cuerpo, no se puede ocultar, pues sus signos 

aparecen manifestándose en las acciones, en el comportamiento y las actitudes.

En otros tomos de esta obra aparecen más debates acerca de la hipocresía y los hipócritas, en las aleyas 4:141 a 143; 9:49 a 57, y 9:62 a 85.

3.– La amplitud del concepto de hipocresía.

La hipocresía en su sentido particular, como hemos visto, es la cualidad de aquellos que declaran ser musulmanes pero que, en realidad, internamente son incrédulos. Pero la hipocresía tiene un significado más amplio que abarca a todo aquel que presente una dualidad entre su exterior y su interior, toda separación entre el dicho y la obra. En este sentido, a veces se encuentra en el corazón del creyente lo que se denomina “hilos de hipocresía“. Por ejemplo, en un dicho del Profeta (BPD) leemos: “Cualquiera que posea tres características es un hipócrita, aunque rece, ayune y diga ser musulmán: aquel que cuando se le confía algo, traiciona; cuando habla, miente; y cuando promete algo, no cumple.“1

Es obvio que tales personas no son hipócritas con el sentido particular de la hipocresía, sino que presentan en sus corazones “hilos de hipocresía“, los cuales se manifiestan en sus obras de un modo u otro, especialmente a través de la ostentación. 

Como dice en un hadiz el Imam Sadiq, la paz sea con él: «La ostentación es un árbol que solo da fruto del politeísmo oculto, y su origen es la hipocresía».

En el “Nahyul Balágah“, el Imam ‘Alí (P) menciona sobre la descripción de los hipócritas lo siguiente: “¡Oh, siervos de Dios! Os lego la piedad y el temor a Dios, y os advierto sobre los hipócritas. 

Ciertamente ellos son extraviados y extraviadores; cometen errores y hacen caer a otros en los errores; presentan diferentes colores (o aspectos) y no tienen un rumbo fijo, sino que muestran apariencias y palabras según cada ocasión, aprovechando cualquier instrumento para engañaros, haceros fracasar y aniquilaros. Os vigilan continuamente al acecho. Sus corazones están enfermos aunque sus apariencias sean saludables. Para engañar a la gente, caminan en secreto y marchan no por senderos rectos sino tortuosos. Sus palabras aparentan ser sanas pero sus obras son males irremediables. Son envidiosos acerca de la tranquilidad de la gente. Si a alguien le llega una desgracia, se alegran y trabajan para eso. Hacen desesperar a 

quienes tienen esperanza. Poseen hacia cada corazón un camino, y en cada camino un asesinato. Por cada calamidad derraman lágrimas “de cocodrilo“ (no sinceras). Entre ellos se otorgan mutuamente como préstamo los elogios y alabanzas, esperando la recompensa. Si quieren algo, lo piden con insistencia; si reprueban algo, lo hacen de forma escandalosa…“.3

1 Safinatul Baihar, t.II, p.605

2 Ídem, t.I, art.“ra’i“.

3 Nahyul Balágah, sermón 194

(Continuará in sha Allah)

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Filed in: Aleyas y Exégesis, Tafsir Nemuné

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