N°20 La Exégesis de la Sura Al-Baqarah, Aleya 25

En el Nombre de Dios, el Clementísimo, el Misericordiosísimo

‏وَ بَشِّرِ الَّذِينَ آمَنُوا وَ عَمِلُوا الصَّالِحاتِ أَنَّ لَهُمْ جَنَّاتٍ تَجْرِي مِنْ تَحْتِهَا الْأَنْهارُ كُلَّما رُزِقُوا مِنْها مِنْ ثَمَرَةٍ رِزْقاً قالُوا هذَا الَّذِي رُزِقْنا مِنْ قَبْلُ وَ أُتُوا بِهِ مُتَشابِهاً وَ لَهُمْ فِيها أَزْواجٌ مُطَهَّرَةٌ وَ هُمْ فِيها خالِدُونَ (٢٥)

“ Albricia [¡oh, Profeta!] a los creyentes que obran el bien, que obtendrán jardines bajo los cuales corren ríos. Cada vez que se les provea algunos de sus frutos, declararán: ¡Esto es igual a lo que nos fue concedido antes, pero los frutos que les habían sido proveídos [en la vida terrenal] eran solo parecidos. Allí, habrá para ellos esposas purificadas [libres de defectos corporales y espirituales] y allí morarán eternamente.“ (2:25)

EXÉGESIS:

Características de las bendiciones celestiales

En la última aleya, los incrédulos y aquellos que refutan El Corán habían sido amenazados con un castigo doloroso. En esta aleya se muestra el destino de los “mu’minin“ (los creyentes), y utilizando el método del Corán, al comparar a estos dos grupos la verdad se vuelva más evidente.

En principio dice: “ «Albricia [¡oh, Profeta!] a los creyentes que obran el bien, que obtendrán jardines bajo los cuales corren ríos». 

Sabemos que los jardines que no cuentan constantemente con agua, y tienen que traer agua de otros lados para regarlos, no pueden tener una frescura completa, permanente. Tal frescura pertenece al jardín que tiene agua constantemente a su disposición, agua que le pertenece a él mismo y es interminable, no es amenazado por la sequía ni la escasez de esta. Así son los jardines del Paraíso.

Entonces, después de mencionar los diferentes frutos de estos jardines agrega: 

«Cada vez que se les provea algunos de sus frutos, declararán: ¡Esto es igual a lo que nos fue concedido antes».

Los exegetas han presentado diferentes interpretaciones para esta frase: 

Unos dijeron: Se refiere a que estos favores son como consecuencia de los actos que ejecutamos antes en el mundo y estos ya estaban preparados desde entonces. 

Otros aseguraron que cuando les traen los frutos del Paraíso, ellos manifiestan: 

“Esto es igual a lo que se nos fue  concedido antes“. Sin embargo, cuando los ingieren por segunda vez se percatan que tienen un nuevo sabor y un nuevo deleite. Por ejemplo, las manzanas y uvas que comemos en este mundo, cada vez que las consumimos mantienen el mismo sabor anterior. No obstante la fruta del Paraíso a pesar de que conserva su misma forma externa, cada vez tiene un sabor diferente. Esta es una de las concesiones del otro mundo que no existe en él ninguna repetición.

Un tercer grupo afirma que se refiere a que cuando ellos observan las frutas del Paraíso, las encuentran parecidas a las frutas de este mundo, lo que les hará sentir familiaridad y no les parecerán extrañas. Sin embargo, cuando las consumen sienten un sabor totalmente nuevo y delicioso.

No existe ningún inconveniente en que la frase arriba mencionada haga referencia a todas estas interpretaciones y sentidos, ya que en algunas ocasiones los términos del Corán mantienen diferentes significados. 

Luego, la aleya dice: «…pero los frutos que les habían sido proveídos eran solo parecidos». O sea que todas son parecidas en su calidad y belleza, y se encuentran en un estado excelente, tal que no puede preferirse a una sobre la otra, a diferencia de las frutas de este mundo que varían en su grado de madurez, aroma, color y sabor.

Finalmente, el último favor del Paraíso que se menciona en esta aleya son las “esposas purificadas“. Dice: “Tendrán [en el Paraíso] esposas purificadas“.

Puras de cualquier contaminación que puedan tener en este mundo, puras desde el punto de vista del alma y corazón, y puras desde el enfoque corporal. 

Uno de los problemas de las mercedes de este mundo es que el hombre en tanto se encuentra disfrutando de un favor, piensa en su terminación y, por ello, entristece. Por esta causa, estos favores no pueden ser tranquilizadores. Sin embargo, los favores del Paraíso, debido a que son perpetuos y no perecen ni decaen, son completos y tranquilizadores en todos los aspectos. Por ello, al final de la aleya dice: «…y allì morarán eternamente“.

(Continuará in sha Allah)

Filed in: Aleyas y Exégesis, Tafsir Nemuné

No comments yet.

Deja un comentario

Debes iniciar sesion para dejar un comentario.