N° 21  Continuación de la Exégesis de la Sura Al-Baqarah, Aleya 25

En el Nombre de Dios, el Clementísimo, el Misericordiosísimo

‏وَ بَشِّرِ الَّذِينَ آمَنُوا وَ عَمِلُوا الصَّالِحاتِ أَنَّ لَهُمْ جَنَّاتٍ تَجْرِي مِنْ تَحْتِهَا الْأَنْهارُ كُلَّما رُزِقُوا مِنْها مِنْ ثَمَرَةٍ رِزْقاً قالُوا هذَا الَّذِي رُزِقْنا مِنْ قَبْلُ وَ أُتُوا بِهِ مُتَشابِهاً وَ لَهُمْ فِيها أَزْواجٌ مُطَهَّرَةٌ وَ هُمْ فِيها خالِدُونَ (٢٥)

“Albricia [¡oh, Profeta!] a los creyentes que obran el bien, que obtendrán jardines bajo los cuales corren ríos. Cada vez que se les provea algunos de sus frutos, declararán: ¡Esto es igual a lo que nos fue concedido antes, pero los frutos que les habían sido proveídos [en la vida terrenal] eran solo parecidos. Allí, habrá para ellos esposas purificadas [libres de defectos corporales y espirituales] y allí morarán eternamente.“ (2:25)

NOTAS:

1.– El “Iman“ (la fe) y el “’amal“ (la obra)

En muchas de las aleyas coránicas, “ iman wa ‘amal salih“ (la fe y las buenas acciones) se encuentran juntas, de tal forma que muestran que son inseparables e, indudablemente, es así, ya que la fe y la buena acción se complementan mutuamente. 

Si la “fe“ penetra en lo más profundo del alma, sin duda sus rayos iluminarán los actos del hombre, y hará de sus acciones, buenas obras.

Su ejemplo es como el ejemplo de una luz cuando ilumina una habitación, esparce su luz por todas las ventanas .De la misma manera, si la lámpara de la fe brilla en el corazón de una persona, sus rayos brillarán en los ojos, oídos, lengua, manos y pies de esa persona.

En la aleya 11 de la sura At Talaq (65) encontramos: 

وَ مَنْ يُؤْمِنْ بِاللَّـهِ وَ يَعْمَلْ صالِحاً يُدْخِلْهُ جَنَّاتٍ تَجْرِي مِنْ تَحْتِهَا الْأَنْهارُ خالِدِينَ فِيها أَبَداً.

“A quienes creen en Dios y obran bien, Él les introducirá en jardines por cuyos bajos fluyen arroyos, en los que estarán eternamente, para siempre.

Y en la aleya 55 de la sura An Nur (24) leemos: 

‏وَعَدَ اللَّـهُ الَّذِينَ آمَنُوا مِنْكُمْ وَ عَمِلُوا الصَّالِحاتِ لَيَسْتَخْلِفَنَّهُمْ فِي الْأَرْضِ‌.

“Dios les ha prometido a quienes de vosotros crean y obren bien, que ha de hacerles sucesores en la Tierra“.

En principio, la fe se asemeja a la raíz;  y las buenas obras, a su fruto. La existencia de un fruto dulce muestra el bienestar de la raíz, y la existencia de una raíz en buen estado es la causa del desarrollo de una buena fruta.

Es posible que gente sin fe realice a veces buenas obras. Sin embargo, seguramente no será por siempre. Aquello que garantiza la buena obra es la fe que haya echado raíces en el interior de la existencia del hombre y provoca responsabilidad en él.

2. *– Las esposas purificadas.* 

Lo interesante es que en esta aleya el único atributo que se le asigna a las esposas del Paraíso es el atributo de “pureza“, mencionándolas como “purificadas“. Esto indica que la primera y más importante condición de una esposa es que sea pura y purificada, encontrándose todo lo demás en segundo lugar. La conocida narración relatada por el Profeta (BPD) evidencia también esta verdad: 

‏«إيّاكم و خضراء الدّمن. قيل: يا رسول اللّه! و ما خضراء الدّمن؟ قال: المرأة الحسناء في منبت السّوء»

“¡Alejaos de las plantas verdes que crecen en los muladares  [basureros]!“ Preguntaron: “¡Oh, Mensajero de Dios! ¿A qué os referís con estas plantas?“

Respondió: “La mujer bella que haya sido educada por una familia corrompida“.1

 *3.–  Las bendiciones materiales y espirituales en el Paraíso.* 

El Corán menciona las bendiciones materiales en el paraíso, como jardines por los que corren ríos, moradas agradables, esposas purificadas, frutos variados y amigos entrañables. Sin embargo, el Corán subraya que estas bendiciones materiales no son las más importantes. Junto a ellas, menciona bendiciones espirituales que superan nuestro entendimiento. Estas bendiciones espirituales no pueden medirse con nuestras normas terrenales y pueden incluir la satisfacción divina, la cercanía con Dios y la paz espiritual, que otorgan a los habitantes del paraíso una felicidad que trasciende todas las bendiciones materiales.

Por ejemplo en la aleya 72 de la sura At Taubah (9) encontramos: 

وَعَدَ اللَّـهُ الْمُؤْمِنِينَ وَ الْمُؤْمِناتِ جَنَّاتٍ تَجْرِي مِنْ تَحْتِهَا الْأَنْهارُ خالِدِينَ فِيها وَ مَساكِنَ طَيِّبَةً فِي جَنَّاتِ عَدْنٍ وَ رِضْوانٌ مِنَ اللَّـهِ أَكْبَرُ ذلِكَ هُوَ الْفَوْزُ الْعَظِيمُ‌

“Dios ha prometido a los creyentes y a las creyentes jardines por cuyos bajos fluyen ríos, en los que estarán eternamente, y viviendas agradables en los jardines del edén. Pero la satisfacción de Dios será mejor aún. ¡Ése es el éxito grandioso!“

En la aleya 8 de la sura Al Baîînah (98) después de mencionar los favores materiales del Paraíso leemos: 

رَضِيَ اللَّـهُ عَنْهُمْ وَ رَضُوا عَنْهُ

“Dios está satisfecho de ellos y ellos lo están de Él“. 

En verdad, si alguien llega a alcanzar esa jerarquía en la que sienta que Dios está complacido con él y él también lo está de Dios, entonces olvida todos los demás placeres, únicamente se enamora de Él y no piensa en nada fuera de Él. 

Este es un placer espiritual que no puede describirse con ninguna lengua ni con palabras.

En resumen, como la resurrección tiene un aspecto tanto espiritual como físico, las bendiciones del cielo tienen ambos aspectos, de modo que se logra su plenitud y cada uno puede beneficiarse de ellas según su capacidad y mérito.

1 Wasil Ash Shiah“, t.XIV, p.19.

Filed in: Aleyas y Exégesis, Tafsir Nemuné

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