SOBRE SU DICHO, EXALTADO SEA:
وَءَامِنُواْ بِمَآ أَنزَلۡتُ مُصَدِّقٗا لِّمَا مَعَكُمۡ وَلَا تَكُونُوٓاْ أَوَّلَ كَافِرِۭ بِهِۦۖ وَلَا تَشۡتَرُواْ بِـَٔايَٰتِي ثَمَنٗا قَلِيلٗا وَإِيَّـٰيَ فَٱتَّقُونِ (41)
41.– Y creed en lo que he hecho descender [ el Corán], que confirma lo que vosotros habéis recibido [la Tora]. No seáis, pues, de los primeros en negarlo, ni merquéis Mis signos (aquello que figura en vuestros libros sobre el Corán y el Profeta Muhammad, encubriéndolo) por un precio vil. ¡Temedme sólo a Mí (en cuanto a oponeros a Mi orden, y no temáis a la gente)!
وَلَا تَلْبِسُوا۟ ٱلْحَقَّ بِٱلْبَـٰطِلِ وَتَكْتُمُوا۟ ٱلْحَقَّ وَأَنتُمْ تَعْلَمُونَ (42)
42.– ¡No mezcléis la verdad con la falsedad, ni ocultéis la verdad (la Profecía de Muhammad –BPD–), ¡mientras vosotros sabéis (que él es el Mensajero de Dios)!
وَأَقِيمُوا۟ ٱلصَّلَوٰةَ وَءَاتُوا۟ ٱلزَّكَوٰةَ وَٱرْكَعُوا۟ مَعَ ٱلرَّٰكِعِينَ (43)
43.– ¡Observad la oración, pagad la caridad obligatoria e inclinaos junto a los que se inclinan (rezando en forma colectiva)!
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MOTIVO DE SU REVELACIÓN:
Algunos de los famosos exegetas han transmitido lo siguiente del Imam Baquir (P) respecto al motivo de la revelación de la primera aleya en cuestión: “Cada año, los judíos homenajeaban ostentosamente a Huiia Ibn Ajtab, Ka‟ab Ibn Ashraf y a algunos otros judíos, quienes no aceptaron ni siquiera dejar a un lado estos pequeños beneficios por la llegada del Profeta del Islam (BPD). Por ello (y otras causas), tergiversaron en la Tora los versículos que describían las cualidades del Profeta (BPD), y este es el mismo “un precio vil” al que se refiere la aleya.
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EXÉGESIS:
Las tres aleyas en cuestión mencionan nueve de las órdenes dadas a los judíos.
En un principio dice: “Y creed en lo que he hecho descender (sobre Muhammad: el Corán), que confirma (el contenido de) lo que vosotros habéis recibido (la Tora)“. Es decir que el Corán es un Libro que confirma lo que se encuentra entre vosotros, o sea, las buenas nuevas que se dieron en la Tora y a través de los Profetas anteriores a sus adictos.
Entonces dice: “No seáis, pues, de los primeros en negarlo”.
Significa que no es extraño que los politeístas e idólatras de los árabes se vuelvan incrédulos. Lo insólito es que vosotros no creáis y seáis los primeros opositores y contrincantes. Ya que vosotros estáis más preparados que los otros y poseéis un Libro, y en vuestros Libros Celestiales se han dado repetidas veces las albricias de la venida de un Profeta como este. Por ello, antes de su venida vosotros fuisteis los primeros en anunciarlo. ¿Qué fue lo que sucedió para que, después de su venida, en lugar de haber sido los primeros creyentes, os convertisteis en los primeros incrédulos?
En la tercera orden dice: “ni merquéis Mis signos por un precio vil”, ni los reemplacéis por un festejo anual.
Sin duda, los signos de Dios no habría que cambiarlos por ningún precio ya sea poco o mucho. Sin embargo, esta frase en realidad hace alusión a ese grupo de judíos que olvidan todo a cambio de unos escasos beneficios. Ellos, que hasta ese día habían sido de los anunciadores de la llegada del Noble Profeta del Islam (BPD) y de su Libro Celestial, cuando vieron en peligro sus propios intereses negaron todas esas albricias y tergiversaron los versículos de la Tora, ya que, en caso de que la gente se enterase de la verdad, su autoridad se derrumbaría. En la cuarta orden dice: “¡Temedme sólo a Mí!” No temáis que vuestro sustento sea suspendido ni temáis que un grupo de los fanáticos judíos se levante en contra de vosotros que sois los jefes. Únicamente debéis temerme a Mí, o sea, teman oponerse a Mi orden.
En la quinta orden expresa: “¡No mezcléis la verdad con la falsedad” para confundir a la gente!
La sexta orden respecto a la abstención de decir la verdad expresa: “ni ocultéis la verdad” mientras que vosotros sabéis y estáis consientes.
Es un crimen y pecado el abstenerse de decir la verdad, así como confundirla con falsedad, que en conclusión vienen siendo lo mismo. Decid la verdad ya que sois sabios y distinguís entre la verdad y falsedad.
Finalmente menciona la séptima, octava y novena orden de la siguiente manera: “¡Observad la oración, pagad la caridad obligatoria (zakat) e inclinaos junto a los que se inclinan (rezando en forma colectiva)!”
A pesar de que la última orden se refiere a la oración colectiva, sin embargo, entre todos los actos que componen la oración, únicamente menciona la “inclinación“ y dice: “e inclinaos junto a los que se inclinan (rezando en forma colectiva)!“ Esta interpretación puede ser porque los judíos no se inclinaban al realizar la oración. Es en la oración de los musulmanes donde la inclinación es considerada uno de los pilares principales.
Lo interesante es que no ordena que se realice la oración en forma individual, sino que ordena que se haga en forma colectiva, y que se acostumbre en la sociedad humana a la oración colectiva, y que la gente se dirija a realizarla con amor e interés.
Algunos de los exegetas sostienen que la interpretación de “Observad la oración” no se refiere a suplicar y orar sin poner atención a lo que se dice, sino que implica su realización en forma completa, siendo la concentración el pilar más importante de la oración. Por eso debe realizarse con atención de todo corazón en lo que se dice ante Dios y debe considerarse la influencia de la oración en el alma y cuerpo de la persona.
En realidad, en estas tres últimas órdenes, en un principio mencionan la unión de la persona con su Creador (la oración), luego la unión con la creación (zakat o caridad obligatoria) y por último la unión de toda la gente en el sendero de Dios (la oración colectiva).
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NOTAS:
¿Acaso el Corán acepta el contenido de la Tora y la Biblia?
En repetidas aleyas del Sagrado Corán podemos observar que este Libro Sagrado confirma el significado de los Libros Sagrados anteriores.
Por ejemplo, en la aleya en cuestión leímos: “que confirma lo que vosotros habéis recibido“. Y en las aleyas 89 y 101 de esta misma sura leemos respectivamente: “…corroborante del que tenían …“ y “…corroborando lo que ya tenían, algunos de ellos que habían recibido la Escritura…“. Y en la aleya 48 de la sura Ma‟idah (5) encontramos: “Te hemos revelado la Escritura con la Verdad, en confirmación y como custodia de lo que ya había de la Escritura“. Este mismo asunto fue el que ocasionó que un grupo de propagadores judíos y cristianos utilizasen esta aleya como documento para demostrar que los textos de la Tora y la Biblia no fueron alterados, y decir: “La Tora y la Biblia en la época del Mensajero del Islam, (BPD) indudablemente no tienen ninguna diferencia con la Tora y la Biblia de hoy día, y en caso de que hubiesen sido alterados estos Libros Sagrados, sin duda sucedió antes de la llegada del Islam. Y ya que el Sagrado Corán confirma la veracidad de estos dos Libros Sagrados en la época del Profeta del Islam (BPD), entonces los musulmanes deberán aceptar a estos Libros como Libros Celestiales auténticos”.
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Respuesta
Muchas diferentes aleyas del Sagrado Corán son testigo de que los signos y señales del Profeta del Islam (BPD) y de su religión se encuentran registrados en esos mismos Libros alterados que se hallaban en manos de los judíos y cristianos de esa época, ya que es evidente que el significado de la alteración de estos Libros Celestiales no es que todos los Libros sean inválidos y contrarios a la verdad, sino que aún existieron y existen algunas partes auténticas de la Tora y de la Biblia, y los signos y señales del Profeta del Islam (BPD) existieron en esos mismos Libros o demás libros religiosos que se encontraban en manos de los judíos y cristianos (y hoy día aún se encuentran noticias registradas en estos).
De esta forma, la llegada del Profeta del Islam (BPD) y de su Libro Celestial atestigua prácticamente todos esos signos y señales, ya que concordaba con lo registrado en estos.
Por ello, el significado de que el Corán confirma lo que está registrado en la Tora o en la Biblia, es que las cualidades y señales del Profeta del Islam (BPD) y del Sagrado Corán concuerdan perfectamente con lo registrado en la Tora y en la Biblia.
Podemos observar la utilización del término “tasdiq“ (confirmación) bajo el significado de “motabiqat“ (concordar) en las siguientes aleyas coránicas, una de estas es la aleya 105 de la sura As–Safat (37) donde el Corán dice a Abraham (P): “Has confirmado el sueño“, o sea, has concordado según lo que tu sueño te confirmó. Y en la aleya 157 de la sura Al A’raf (7): “A quienes sigan al Enviado, El Profeta de los gentiles, a quien ven mencionar en sus textos: en la Tora y en el Evangelio…“, el significado de esta sura es directo, o sea, las cualidades que observan en él concuerdan con lo que encontraron en sus textos.
De cualquier forma la aleya anterior únicamente “confirma en forma práctica” al Corán y al Profeta del Islam (BPD) en cuanto a los signos de su verdad que estaban registrados también en los Libros anteriores, y no indica que confirma todo lo escrito en la Tora y la Biblia. Además de esto, numerosas aleyas coránicas que mencionan que ellos alteraron los versículos de la Tora y la Biblia, son un testigo evidente de esto.
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Otro testigo evidente.
Fajr Al-Islam escritor de la obra “Anis Al-I’lam”, que fue uno de los reconocidos sacerdotes cristianos –él concluyó sus estudios ante los sacerdotes cristianos llegando a ocupar un alto nivel entre ellos–, en el prólogo de su obra relata el suceso increíble de su conversión al Islam de la siguiente forma:
“…Después de muchas investigaciones, innumerables esfuerzos y de viajar por muchas ciudades fui a visitar a un sacerdote que era inigualable en su ascetismo y abstinencia. La secta “católica” de los reyes y otros dirigían hacia él sus preguntas religiosas. Yo aprendía de él las diferentes religiones de los cristianos. Él tenía numerosos estudiantes, pero entre todos ellos sentía gran simpatía hacia mí. Todas las llaves de la casa se encontraban en mi poder, únicamente había guardado para sí mismo la llave de uno de los camarines.
En ese entonces, ocurrió que un día el sacerdote mencionado, me dijo: “Di a los estudiantes que no estoy en condición para enseñarles”. Cuando llegué adonde se encontraban los estudiantes, los encontré debatiendo, discusión que los llevó al significado del término “farqilita” en lengua siríaca y “prikltus” en lengua griega… Su discusión continuó y cada uno daba su opinión…
Cuando regresé, el maestro me preguntó: “¿Qué tema discutisteis hoy?” Yo le informé de las diferentes opiniones de los estudiantes respecto al término “farqilita”. Él dijo:
“¿Cuál es tu opinión a este respecto?”
Dije: “Yo opino que tal exegeta tiene la razón”.
El sacerdote dijo. “¡No has pecado! Sin embargo, la verdad y lo sucedido es contrario a todo lo dicho, ya que todos ignoran la verdad excepto los verdaderos sabios, e inclusive entre ellos son pocos los que la conocen”. Insistí en que me relatase la verdad. Él lloró intensamente y dijo: “No te negaré ni ocultaré nada… Es muy importante conocer el significado de ese nombre, sin embargo, ¡nos matarán tanto a ti como a mí en cuanto lo publiquemos! En caso de que prometas no revelarlo a nadie, te diré su significado…”. Yo juré por todo lo santo que no revelaría su nombre, entonces continuó diciendo: “Este nombre es uno de los nombres del Profeta de los musulmanes y significa Ahmad y Muhammad”.
Después de eso, me entregó la llave del camarín y me dijo: “Abre tal baúl y trae tal y tal libro”. Se los traje, eran dos libros de antes de la venida del Profeta del Islam (BPD) escritos en piel con letra griega y siríaca.
En los dos libros el término “farqilita” había sido traducido con el significado de Ahmad y Muhammad. Entonces el maestro agregó: “Los sabios cristianos antes de la llegada del Profeta (BPD) mantenían la misma opinión de que “farqilita” significaba Ahmad y Muhammad, sin embargo, después de la llegada de Muhammad (BPD) para no perder su autoridad ni sus ganancias económicas, lo alteraron y encontraron para este término diferentes significados, y este significado indudablemente no se refería al dueño de la Biblia”.
Pregunté: “¿Qué opina respecto a la religión cristiana?”
Respondió: “Esta quedó abrogada al aparecer la religión del Islam”, Y repitió esta frase tres veces. Entonces dije:
“En esta época ¿cuál es el camino de la salvación y el sendero recto…?” “Exclusivamente seguir a Muhammad (BPD).” Me dijo.
“¿Acaso sus adictos son los que se salvarán?” Le pregunté.
Repitió tres veces: “¡Verdaderamente es así!” Y entonces mi maestro comenzó a llorar y yo también lo hice.
Dijo: “Si deseas la salvación y el Paraíso deberás sin duda aceptar la religión de la verdad…, y yo pediré siempre por ti, con la condición de que el día de Juicio Final seas testigo de que yo, en el interior, soy musulmán y de los seguidores del Profeta Muhammad (BPD); …¡no hay duda que hoy día sobre la Tierra la religión del Islam es la religión de Dios…!”
Según lo que se puede observar en este documento, los sabios seguidores de un Libro Sagrado, después de la llegada del Profeta del Islam (BPD) y por sus propios intereses personales interpretaron y justificaron su nombre y sus signos de una manera diferente, han dado otra interpretación al nombre de este y dieron otras explicaciones a sus signos.
SOMOS UMMA