Sábado 21 de noviembre de 2009, Rafed Network
Cuando el Santo Profeta (s. a. w.) emigró a Yasrab, dejó a su familia en La Meca. Cuando los musulmanes se hubieron establecido en Yasrab (rebautizada como Medina), el y los demás musulmanes convocaron a sus familias a Medina. Todo el tiempo de la migración, Sauda, una dama mayor, era la única esposa del Santo Profeta (s. a. w.), quien se había casado con ella luego de la muerte de Jadiya. Alrededor de un año después de su arribo a Medina, el Santo Profeta (s. a. w.) se casó con Ayisha, una hija de Abu Bakr (l. a.). Para esta época, Bibi Fátima Zahra (s. a.), la hija menor del Santo Profeta (s. a. w.) había llegado a la edad núbil, y el Santo Profeta (s. a. w.) había considerado la cuestión de su matrimonio. Abu Bakr (l. a.) esperó al Santo Profeta (s. a. w.) y le pidió la mano de Bibi Fátima Zahra (s. a.) y el Santo Profeta (s. a. w.) no respondió. Luego Umar (l. a.) pidió la mano de Bibi Fátima Zahra (s. a.) y el Santo Profeta (s. a. w.) mantuvo el silencio. En la sociedad árabe de esa época, la diferencia de edad de la novia y el novio no interesaba. El Santo Profeta (s. a. w.) se casó con Jadiya cuando él tenía veinticinco y ella cuarenta, quince años más que él.
Luego, el Santo Profeta (s. a. w.), cuando tenía más de cincuenta, se casó con Ayisha, que aún era adolescente. Cuando el Santo Profeta (s. a. w.) no respondió a Abu Bakr (l. a.) o a Umar (l. a.), no le preocupaba el tema de la edad, su silencio se debía al hecho que él debía esperar la guía de Allah (s. w. t.) quien solía comunicarse en todas las cuestiones de importancia que afectasen a su persona. Después de la Batalla de Badr, el Imam Ali (a. s.) realizó su propuesta. El Santo Profeta (s. a. w.) le dijo al Imam Ali (a. s.) que le daría su respuesta luego de consultar a Bibi Fátima Zahra (s. a.). el Santo Profeta (s. a. w.) consultó con Bibi Fátima Zahra (s. a.), y ella se mantuvo callada, significando su asentimiento. Mientras tanto, el Santo Profeta (s. a. w.) recibió la revelación que Allah (s. w. t.) aprobaba el matrimonio de Bibi Fátima Zahra (s. a.) con el Imam Ali (a. s.). Cuando Bibi Fátima Zahra (s. a.), la madre del Imam Ali (a. s.) visitó al Santo Profeta (s. a. w.) para presentar la propuesta en nombre del Imam Ali (a. s.), el Santo Profeta (s. a. w.) estuvo complacido en anunciar su aceptación.
La Preparación para el Matrimonio
De acuerdo con los registros disponibles en los libros que sirven de fuente, el Imam Ali (a. s.) no tenía dinero para cubrir los gastos del matrimonio. Tuvo que vender su armadura para poder juntar los fondos necesarios. Othman, que gozaba de reputación por su riqueza estuvo de acuerdo en adquirir la armadura por quinientos dírhams. Luego de la transacción fue realizada y el monto abonado, Othman regaló la armadura al Imam Ali (a. s.), como regalo de bodas diciendo que la armadura sería más útil a un guerrero como el Imam Ali (a. s.) que a un comerciante como él. El Imam Ali (a. s.) estaba renuente a aceptarlo, pero Othman lo convenció de aceptarlo en el nombre de Allah (s. w. t.), ya que de ese modo serviría a la causa del Islam en la lucha contra sus enemigos. Eso hizo que el Imam Ali (a. s.) aceptara el presente muy agradecido. Cuando el Imam Ali (a. s.) le comentó de la transacción al Santo Profeta (s. a. w.), el Santo Profeta (s. a. w.) alabó la conducta del Othma y oró por él.
La Khutba Matrimonial
El día fijado para el matrimonio, los musulmanes se reunieron en la mezquita, y el Santo Profeta (s. a. w.) impartió la Khutba, haciendo solemne el matrimonio. El Santo Profeta (s. a. w.) dijo que todas las alabanzas eran debidas a Allah (s. w. t.), que debía ser ensalzado por Sus diferentes recompensas; debía ser adorado por Su poder y majestuosidad y debía ser obedecido por Su omnipotencia. El Santo Profeta (s. a. w.) observó que es necesario que el pueblo busque refugio en Allah (s. w. t.) por temor a Su ira. Morando en el poder de Allah (s. w. t.), el Santo Profeta (s. a. w.) dijo que son Sus órdenes las que prevalecen en el Cielo y en la tierra. Él es el Único que por Su poder ordenó la existencia de toda la creación.
A través de Sus mandamientos Él nos dio el poder de discriminar. Nos honró dándonos Su religión y encomendando a Muhammad como Su Profeta. Refiriéndose a la importancia de los matrimonios en la sociedad humana, el Santo Profeta (s. a. w.) dijo que indudablemente el Señor Todopoderoso hizo las alianzas matrimoniales como los medios de una nueva relación que es una necesidad fundamental y un asunto justo que incumbe a todos y cada uno, y a través de cuya creación se está enlazado. El Santo Profeta (s. a. w.) observo que ciertamente Allah es Quien ha creado a los seres humanos de una gota de sangre. Con este fin Él ha creado las relaciones con la familia política. Verdaderamente Allah (s. w. t.) es Omnipotente. Sus mandatos son puestos en vigor de acuerdo a Sus decisiones. Sus juicios decretan el destino y cada destino está gobernado por un determinado tiempo. Cada tiempo determinado está predeterminado. Sobre todo esto, Allah (s. w. t.) puede destruir o mantener intacto lo que Él desee. El registro original de esto se halla con Él. Después de esta introducción, el Santo Profeta (s. a. w.) declaró:
“Ahora, en obediencia con la Voluntad de Allah (s. w. t.), he de llevar a cabo la ceremonia de matrimonio entre Bibi Fátima Zahra (s. a.) y el Imam Ali (a. s.). He entregado a Bibi Fátima Zahra (s. a.) en matrimonio al Imam Ali (a. s.) contra la dote de 400 piezas de monedas de plata. Quiera Allah (s. w. t.) crear el amor entre la pareja, bendecirlos, purificar su descendencia, hacer a su progenie una mina de sabiduría y fuente de las bendiciones de Allah (s. w. t.) y solaz de los creyentes en la fe.”
El Bibi Fátima Zahra (s. a.) culminó la Khuba pidiendo el perdón de Allah (s. w. t.) para sí y los musulmanes.
El Matrimonio Ideal
De acuerdo con todos los relatos que nos han llegado, el matrimonio del Imam Ali (a. s.) y de Bibi Fátima Zahra (s. a.) fue un matrimonio ideal. Fue la unión de dos grandes almas. Hafsa, una hija de Umar (l. a.) y posterior esposa del Santo Profeta (s. a. w.), escribió algunos versos resaltando la grandeza de la pareja. Dijo: Bibi Fátima Zahra (s. a.) es superior a todas las mujeres del mundo, es la dama cuyo rostro brilla como la luna llena, es la novia cuyo novio supera a todos en Erudición.
De acuerdo con algunos autores, el Imam Ali (a. s.) tenía veintiún años al momento del matrimonio, en tanto que Bibi Fátima Zahra (s. a.) tenía dieciséis. De acuerdo con mi investigación la fecha de nacimiento del Imam Ali (a. s.), debe ser ubicada alrededor del año 599 D. C. y basado en esto, él tenía entre 24 y 25 años al momento del matrimonio. Bibi Fátima Zahra (s. a.) nació alrededor de 604 D. C. y basándonos en eso, tenía 20/21 años en la época del matrimonio. Parece existir la tendencia entre los antiguos escritores a estimar la edad por debajo, especialmente la de las mujeres. En la mayoría de los libros, por ejemplo, se dice que al momento de su matrimonio con el Santo Profeta (s. a. w.), Ayisha era una niña de apenas nueve años. Ayisha tenía más o menos la misma edad de Bibi Fátima Zahra (s. a.) o una muy cercana, y estaba bien entrada en la adolescencia al momento de su matrimonio.
Sin dudas el matrimonio del Imam Ali (a. s.) con Bibi Fátima Zahra (s. a.) era un matrimonio ideal ya que fue llevado a cabo por el Santo Profeta (s. a. w.) de acuerdo con la voluntad de Allah (s. w. t.), no podía ser sino un matrimonio ideal. Como matrimonio ideal, debió haber sido un matrimonio feliz. En este contexto hay dos aspectos que necesitan especial consideración. Uno es el factor económico y el otro es el factor temperamental.
El aspecto económico del asunto es que todos los escritores de antaño están son unánimes en cuanto a que el Imam Ali (a. s.) era muy pobre. En su libro “El Imam Ali (a. s.), el Superhombre” el Dr. Ala Mohyuddin observa que el Imam Ali (a. s.) era extremadamente pobre, y que la joven pareja se vio obligada al principio a vivir una vida precaria. Se observa que a menudo pasaban días sin fuego que ilumine el hogar. Tambi´n se observa que la sábana de su cama era tan pequeña que si cubría su cabeza, dejaba sus pies al descubierto, y si cubría sus piernas, su cabeza permanecía destapada, se cuenta en el relato que Bibi Fátima Zahra (s. a.) debía trabajar muy duro. No contaba con los medios para lavar su ropa que se hallaban oscurecidas y manchadas por el polvo y la suciedad. El hombro sobre el que cargaba los cántaros de agua desde el pozo estaba inflamado, y las manos, con las que trabajaba en el molino moliendo maíz, a menudo estaban cubiertas con ampollas.
Hay un relato acerca que ella le solicitó al Santo Profeta (s. a. w.) que le otorgara una esclava para que le ayudase, pero él rechazó el pedido. De acuerdo con otro relato, el Imam Ali (a. s.) se empleó como trabajador manual común. Un día se contrató como trabajador manual para extraer agua del pozo por un dátil por balde. Extrajo dieciséis baldes cuando sus manos se ampollaron. Le entregaron dieciséis dátiles que llevó al Santo Profeta (s. a. w.) y ambos comieron de ellos. He reflexionado largamente acerca del tema de la pobreza del Imam Ali (a. s.) e incluso del Santo Profeta (s. a. w.). Aparentemente, para mí, estos relatos son totalmente exagerados y muy lejanos a la verdad. He orado a Allah (s. w. t.) para que me arroje luz a través de la cual pueda llegar a la afirmación de la verdad. El Islam no es una religión solo para el otro mundo; es una religión para este mundo también. El Islam no está a favor de la acumulación de riquezas y el acaparamiento de la misma, pero tampoco recomienda la pobreza. Se posiciona en el medio, ni en la pobreza ni en la riqueza.
El Santo Profeta (s. a. w.) ante un Profeta ideal tenía que dar el ejemplo a este respecto. Como tal, el Santo Profeta (s. a. w.) no podía ser demasiado rico ni tampoco ser pobre. El Islam defiende la simplicidad y la austeridad, pero simplicidad y austeridad no son otro nombre para la pobreza. ¿Cómo podría Allah permitir que Sus bien amados padezcan hambre? Cuando los musulmanes emigraron a Medina, los ansaríes compartieron sus recursos con los musulmanes. Dadas las circunstancias cómo podrían los ansaríes permitir que el Imam Ali (a. s.) y Bibi Fátima Zahra (s. a.), la amada hija del Santo Profeta (s. a. w.), vivieran al día, al borde de la inanición. El Imam Ali (a. s.) y Bibi Fátima Zahra (s. a.) eran, después de todo, seres humanos y cómo podría estar felices cuando tenían que padecer hambre por días.
Al elegir los esposos para sus hijas, incluso las personas comunes llevan a cabo pasos para asegurarse que sus hijas se casan con una familia pudiente. Es una obligación parental, y es increíble que el Santo Profeta (s. a. w.) hubiera casado a su amada hija con una persona que no tiene fuente de ingresos. El Santo Profeta (s. a. w.) casó a dos de sus hijas con Othman, una después de la otra, y Othman era la persona más rica de entre los quraishíes. El Santo Profeta (s. a. w.) no podía discriminar entre sus hijas, casando a dos con un hombre sumamente rico y casando a la hija que más amaba con un hombre extremadamente pobre. El Imam Ali (a. s.) era el más grande guerrero de su época. Era, a la vez, un gran jurista, gramático y estudioso de la época. Cuando los musulmanes establecieron una forma de gobierno en Medina, fue obligación por parte del estado el proveer medios de sustento para los musulmanes de acuerdo a lo que ella fijaba y usarla al servicio de los intereses del estado. Bajo estas circunstancias, los relato acerca de la pobreza del Imam Ali (a. s.) no son correctos.
El Imam Hassan (a. s.), su primer hijo, nació en 625 D. C. y el Imam Hussein (a. s.), el segundo hijo, nació en 626 D. C. El Santo Profeta (s. a. w.) sentía mucho amor por el Imam Hassan (a. s.) y el Imam Hussein (a. s.) y los trataba como a sus propios hijos.
Traducido por Fabiana Ríos para UMMA, de:
