Fátima Mernissi, feminismo e Islam

Por Seied Muhammad Rizvi
Extraído de Matrimonio y Moral en el Islam
Hay muchos escritores no musulmanes especialmente de ideología liberal y feminista, que han atacado el punto de vista islámico sobre la sexualidad femenina. Sus críticas mayoritariamente están basadas en ideas mal entendidas sobre la moral sexual islámica. Básicamente hay dos problemas con estos escritores: o ellos estudian el Islam basado en algunas teorías y modelos sociales occidentales, o ellos están mal dotados para estudiar las fuentes originales islámicas. La mayoría de ellos confían en el trabajo hecho sobre el Islam por los orientalistas o los viajeros europeos. En algunos casos, libros como Las Mil y Una Noches y El Jardín Perfumado son usados para explicar el punto de vista islámico sobre la sexualidad femenina. Estos libros, a lo más, pueden reflejar el criterio árabe sobre la sexualidad femenina, no el criterio islámico. Por lo tanto, estas obras no merecen ni siquiera refutación.

Sin embargo, para nuestra discusión he seleccionado el trabajo de una escritora feminista árabe, Fátima Mernissi. La razón de comentar su trabajo es que al ser una escritora árabe ha tenido fácil acceso a la literatura islámica, y que ella, en efecto, ha usado la literatura de los hadices sunni, en particular el Ihiáu ‘Ulúmi d-Dín del Imam Abu Hámid Al-Gazálí, un famoso sabio sunnita del siglo XI. Y además, el libro de Mernissi ha sido traducido a varias lenguas europeas y asiáticas y ha llegado a ser popular como informe de una persona enterada.

LAS OPINIONES DE MERNISSI

El libro de Fátima Mernissi, Más Allá del Velo, subtitulado “Dinámicas hombre-mujer en la moderna sociedad musulmana”, es un estudio de la relación hombre-mujer en la actual sociedad marroquí. Es importante tener presente que la actitud de los musulmanes marroquíes no es necesariamente representativa del Islam. Sin embargo, Mernissi ha analizado la moral sexual islámica en un capítulo titulado “El concepto musulmán de sexualidad femenina activa”.

La principal parte de su discurso se centra en la comparación entre las opiniones de Freud y Al-Gazali sobre la sexualidad femenina. Mernissi ha resumido su conclusión como sigue:
La ironía es que las teorías musulmanas y europeas llegan a la misma conclusión: las mujeres son destructivas para el orden social -para el Imam Al-Al-Gazali porque ellas son activas, para Freud porque no lo son.

Luego continúa describiendo la actitud negativa de los cristianos occidentales y la positiva actitud del Islam sobre la sexualidad en general.

Ella escribe:
Ordenes sociales diferentes han integrado las tensiones entre religión y sexualidad de diferentes modos. En el Occidente cristiano las experiencias sexuales por si mismas son atacadas, degradadas como brutalidad y condenadas como anti-civilización. El individuo está dividido en dos antitéticos yo: el espíritu y la carne, el ego y el id. El triunfo de la civilización implica el triunfo del alma sobre la carne, del ego sobre el id, del control sobre el descontrol, del espíritu sobre el sexo.

El Islam toma un camino substancialmente diferente. Lo que es atacado y degradado no es la sexualidad sino las mujeres, como la encarnación de la destrucción, como el símbolo del desorden. La mujer es fitna, el compendio de lo incontrolable, una representante viva de los peligros de la sexualidad y de su exuberante potencial subversivo… La sexualidad per se no es un peligro. Por el contrario, tiene tres positivas funciones vitales…

Después de describir el lado positivo de la moral sexual islámica, Mernissi ataca el concepto de sexualidad femenina en el Islam tal y como ella lo ha entendido de las obras de Al-Gazálí:
De acuerdo con Al-Gazáli, el más precioso regalo que Allah ha dado a los humanos es la razón. Su mejor uso es la búsqueda del conocimiento… Pero para que sea posible dedicar sus energías al conocimiento, el hombre tiene que reducir las con y sin su cuerpo, evitar ser distraído por elementos externos, y evitar dar rienda suelta a los placeres mundanales. Las mujeres son distracción peligrosa que deben ser usadas para los propósitos específicos de proporcionar a la nación musulmana descendencia y de sofocar las tensiones del instinto sexual. Pero de ningún modo las mujeres deben ser un objeto de valores emocionales o el foco de atención, que debe ser dedicado a Allah exclusivamente en la forma de búsqueda del conocimiento, meditación y oración.

Las opiniones de esta fervorosa feminista árabe pueden ser resumidas como sigue:
Las mujeres son consideradas sexualmente activas desde el punto de vista islámico;
Por lo tanto, las mujeres son un peligro para el orden social;
No hay valores emocionales en las mujeres; esto es, un hombre no debe tener amor por su mujer.
Según el Islam el amor debe ser exclusivamente para Allah.

Ahora vamos a tratar cada una de estas premisas y conclusiones gradualmente y veremos si están basadas o no sobre fuentes islámicas fiables.

LAS MUJERES SON CONSIDERADAS SEXUALMENTE ACTIVAS EN EL ISLAM

Esta afirmación de que en el Islam las mujeres son consideradas sexualmente activas, puede significar dos cosas diferentes: o que son sexualmente más activas que los hombres o que lo son tanto como los hombres. En la primera frase, significaría que las mujeres tienen un impulso sexual más fuerte; y en la segunda, significaría que las mujeres son tan normales como los hombres en su sexualidad. Al observar el contexto de lo que escribe Mernissi, estaría justificado decir que ella está usando esta afirmación en el primer sentido, es decir, que las mujeres son sexualmente más activas que los hombres.

En mi estudio del Corán y de los hadices auténticos sobre esta materia, no me he cruzado con ninguna declaración que diga que las mujeres sean sexualmente más activas que los hombres. Puedo decir con seguridad que, por lo que se refiere al Islam, no hay diferencia entre la sexualidad de los hombres y la de las mujeres.

Hay ciertos hadices que son usados por Mernissi para probar que las mujeres son sexualmente más activas que los hombres, a condición de que ella decida persistir en una parte de esos hadices e ignorar la otra parte. Es obvio que tal uso parcial del hadiz es un ejercicio académico inaceptable. Por ejemplo, en uno de tales hadices, Asbag b. Nubátah cita al Imam ‘Alí como sigue: “Allah el Omnipotente creó el deseo sexual en diez partes; entonces Él dio nueve partes a la mujer y una al hombre”. Si el hadiz hubiera terminado aquí, Mernissi estaría en lo correcto de su afirmación, pero el hadiz continúa: “Y si Allah el Omnipotente no les hubiera dado a las mujeres igual parte de pudor, entonces cada hombre tendría nueve mujeres relacionadas con él.”. En otras palabras, Allah ha dado a las mujeres una parte más grande de deseo sexual pero El también lo ha neutralizado dándoles igual parte de pudor. Visto como un todo, este y otros similares hadices no soportan la afirmación de que en el Islam las mujeres sean sexualmente más activas que los hombres. Por lo que respecta a la cuestión de porqué Allah dio más deseo sexual a las mujeres y luego se lo neutralizó con el pudor, trataré de ello en el capítulo de las técnicas sexuales, Insha’ Allah.

¿Es así como Mernissi ha llegado a su conclusión?. Mientras contrastaba las opiniones de Freud y Al-Al-Gazali sobre lo pasivo y lo activo de la sexualidad de las mujeres, Fátima Mernissi ha estudiado las opiniones de ambos escritores sobre el proceso de la reproducción humana. En primer lugar ella cita a Freud como sigue: “La célula sexual masculina es activamente móvil y busca a la femenina, y esta última, el óvulo, está inmóvil y espera pasivamente…” Esto demuestra para Mernissi que, en opinión de Freud, las mujeres son sexualmente pasivas. Entonces ella confronta esto con la opinión de Al-Al-Gazali citándole como sigue, “El niño no está creado solamente del esperma del hombre, sino de la unión de un esperma masculino con un óvulo femenino… y en cualquier caso el óvulo de la mujer es un factor determinante en el proceso de la coagulación. Esto prueba para Mernissi que, en opinión de Al-Al-Gazali, las mujeres son sexualmente activas.
Dudo que Al-Gazáli coincidiera con la conclusión que Mernissi saca de su última frase. Es más, si Al-Al-Gazali quisiera decir tal cosa, entonces no estaría justificado por las fuentes originales del Islam, el Corán y la sunnah. Nosotros tenemos un hadiz claro, el cual refuta tal connotación para el proceso de la reproducción: Una vez le preguntaron al Profeta, “¡Oh Muhammad! ¿Por qué en algunos casos el niño se parece a sus tíos paternos no pareciéndose en nada a sus tíos maternos y en otros casos se parece a sus tíos maternos y no tiene parecido en nada con sus tíos paternos?”. El Profeta dijo, “Cualquier gota de agua (es decir, espermatozoide u óvulo) que domine a su pareja, hará que el niño se parezca a aquella persona.”.

En otras palabras, si el óvulo de la mujer es dominante sobre el esperma de su marido, entonces el niño se parecerá a la madre o a los tíos maternos; y si el esperma del marido domina al óvulo de su mujer, entonces el niño se parecerá al padre o a los tíos paternos. Este hadiz proporciona bastante claridad de que el hombre y la mujer juegan igual rol en la reproducción; algunas veces, el espermatozoide domina al óvulo y en otras ocasiones el óvulo domina al espermatozoide.

Después cita la declaración de Al-Al-Gazali sobre el modelo de eyaculación de los sexos como sigue. “…La eyaculación de la mujer es un proceso mucho más lento y durante ese proceso su deseo sexual crece fuertemente y retirarse de ella antes de que alcance su placer es dañino para ella.” Cuando leí esta declaración por primera vez, me dije que esto no podía ser cierto todas las veces: algunas veces el hombre eyacula primero y otras veces lo hace la mujer. Y estaba sorprendido de que Al-Al-Gazali hubiera dicho tal cosa. Así comprobé la afirmación de Al-Al-Gazali en árabe y me di cuenta que cuando traducía la anterior cita, Mernissi había dejado fuera, convenientemente, la palabra ‘rubbama’ que significa ‘algunas veces’. . Así la afirmación correcta de Al-Al-Gazali es “La eyaculación de la mujer, algunas veces, es un proceso mucho más lento…” Con esta corrección, el argumento de Mernissi pierde sus piernas.

LAS MUJERES SON UN PELIGRO PARA EL ORDEN SOCIAL

La consecuencia de la premisa anterior de Mernissi es como sigue: El Islam considera a las mujeres como sexualmente más activas, por tanto, considera que ellas son un peligro para el orden social.
Después de citar a Al-Al-Gazali, “La virtud de la mujer es el deber de un hombre. Y el hombre debe aumentar o disminuir sus relaciones sexuales con la mujer de acuerdo a sus necesidades así como para asegurar su virtud,” Mernissi comenta, “La teoría de Al-Al-Gazali vincula directamente la seguridad del orden social a la virtud de las mujeres, y de este modo a la satisfacción de sus necesidades sexuales. El orden social esta seguro cuando la mujer se limita y limita a su marido y no crea fitna, o caos, mediante la seducción de otros hombres para relaciones ilícitas.

En primer lugar, al observar la declaración de Al-Al-Gazali, no veo nada que pueda parecer indicar que en su opinión las mujeres sean un peligro para el orden social. Simplemente describe una de las normas de las relaciones conyugales -que el marido no sea una persona egoísta, mejor dicho: que él debe pensar también en los sentimientos de su mujer. No hay indicación de ninguna manera de que, en general, una mujer musulmana insatisfecha salga, necesariamente, y cometa adulterio.

En segundo lugar, si las mujeres insatisfechas llegan a ser un peligro para el orden social sólo porque hay una posibilidad de que ellas puedan cometer adulterio, entonces, esta posibilidad, en ningún modo está limitada a las mujeres, también los hombres insatisfechos podrían cometer adulterio. Si el Islam hubiera considerado a las mujeres como un peligro para el orden social según este informe, entonces debería también considerar a los hombres. Y extendiendo este argumento a su lógica conclusión, uno tendría que decir que el Islam considera a los hombres y a las mujeres un peligro para el orden social, con lo cual se ve lo absurdo de esta línea de pensamiento. Si todos los hombres y mujeres son un peligro para el orden social, entonces ¿De qué orden social estamos hablando?.

NO HAY VALORES EMOCIONALES EN LAS MUJERES, ES DECIR, UN HOMBRE NO DEBE AMAR A SU MUJER

La segunda parte de los argumentos de Mernissi es que, en el Islam, los hombres no deberían estar apegados emocionalmente a sus mujeres; el amor entre el marido y la mujer no sería alentado ni tolerado.
Aparte de lo que hemos citado de Mernissi sobre este tema al comienzo de esta discusión, ella ha hablado sobre este tema, de un modo superficial, en otros lugares también. Por ejemplo, después de citar una entrevista con una mujer marroquí, en la que ésta habla sobre su primer marido, mediante un matrimonio arreglado (el cual no tiene nada que ver en el Islam), Mernissi escribe, “¿Amenaza alguna parte vital del orden musulmán el amor entre el hombre y la mujer?… El compromiso heterosexual, el amor real entre el marido y la mujer, es el peligro que debe ser superado.”. En otro lugar, dice, “Y me parece que la descomposición de la segregación sexual permite la emergencia de lo que el orden musulmán condena como un mortal enemigo de la civilización: el amor entre hombres y mujeres en general y entre marido y mujer en particular.”.

Mernissi no podría haber estado más lejos de la verdad que en estos argumentos. En lugar de ir a las fuentes originales del Islam, ella ha basado su conclusión en el modo particular de comportarse, en su vida personal, cierto grupo étnico de musulmanes. Ahora vamos a ver si lo que dice está de acuerdo o no con las fuentes originales del Islam.

El Corán dice, “Y entre Sus signos está el haberos creado esposas nacidas entre vosotros, para que os sirvan de quietud, y el haber suscitado entre vosotros el afecto y la bondad. Ciertamente, hay en ellos signos para gente que reflexiona.” (Corán, 30:21)
¿Cómo puede Mernissi decir que el Islam considera el amor entre el marido y la mujer un enemigo mortal de la civilización mientras Allah lo cuenta como un signo de Su creación y gloria? El Imam Ya’far as-Sâdiq dice, “Amar (hubb) a las mujeres está entre las tradiciones de los profetas.” El mismo Imam cita al Profeta como sigue, “La declaración ‘te amo’ (inni uhibbuki) de un marido a su mujer, no abandonará el corazón de esta jamás.”.

Hay tres interesantes hadices en los que el Imam Ya’far as-Sâdiq ha descrito el amor hacia las mujeres como un signo y causa de incremento de la fe. Él dice, “No creo que la fe de una persona pueda incrementarse positivamente a no ser que su amor por las mujeres se haya incrementado.”. En otro hadiz, dice, “Siempre que el amor de un hombre por las mujeres se incrementa, su fe se incrementa en calidad.”. En un tercer hadiz relaciona el amor hacia las mujeres y el amor hacia la Ahl ul-Bait el cual es una importante enseñanza del Corán, él dice, “Cualquiera que incrementa su amor hacia nosotros, su amor hacia las mujeres también debe incrementarse.”.
No creo que haya ninguna necesidad más de probar que la acusación de Mernissi contra el Islam es infundada.

EL AMOR DEBE DEDICARSE EXCLUSIVAMENTE A ALLAH
Si pregunto por qué el Islam considera el amor hacia la mujer como un mortal enemigo de la civilización y un peligro para el orden social, Mernissi debe responder que los valores emocionales o el foco de atención “deben ser dedicados a Allah exclusivamente en la forma de búsqueda del conocimiento, meditación y oración”.

Esto es lo que ella describe como el punto de vista de Al-Al-Gazali. En otras palabras, Mernissi está diciendo que el Islam, como el Cristianismo considera el amor hacia Allah y el amor hacia la mujer como dos fenómenos hostiles. Sin embargo, para ser justo con Mernissi, debo decir que este es un concepto erróneo del cual un sabio como Al-Al-Gazali no está a salvo.
A pesar de que ya he citado en detalle el punto de vista islámico, el cual cree que el amor hacia las mujeres no está en discordancia con la vía espiritual, intentaré discutir este tema a la luz de lo que Al-Al-Gazali, con sus tendencias sufís, tiene que decir.

LAS OPINIONES DE AL AL-GAZALI

En sus tratados sobre el matrimonio en el Ihiá u ‘Ulúmi d-Din, Abu Hámid al Gazáli tiene una sección llamada “Alentando el Matrimonio” (at-targib fin nikáh). En esta sección cita algunos hadices del Profeta sobre la virtud del matrimonio. También tiene una sección llamada “Desalentando el Matrimonio” (at-targib ‘anin nikáh). En esta sección, aparte de hadices de algunos sufis, Al-Al-Gazali cita tres hadices: dos del Profeta y uno del Imam ‘Alí. Curiosamente, el tercer hadiz no es ni siquiera relevante sobre el tema; siendo más relevante para la planificación familiar -habla sobre tener pocas mujeres y niños. Es más, los tres hadices están clasificados por los eruditos del hadiz como de poca confianza (da’if).

Luego Al-Al-Gazali continúa discutiendo sobre los ‘beneficios y perjuicios del matrimonio’. Antes de examinar los ‘perjuicios del matrimonio’, deseo comentar los dos hadices del Profeta que Al-Al-Gazali ha citado de sus fuentes sunni y los cuales Mernissi también ha usado en su libro.
El primer hadiz es como sigue:

El Profeta dijo, “Cuando la mujer viene hacia ti, es Shaytán quien se te acerca. Cuando uno de vosotros ve a una mujer y se siente atraído hacia ella, el debe apresurarse hacia su esposa. Con ella, sería lo mismo que con la otra.” Después de citar esta hadiz, Mernissi añade los comentarios del Imam Muslim, “Ella se parece a Shaytán en su irresistible poder sobre el individuo”.

Mientras discutían el tema de la falsificación o interpolación en el hadiz, nuestros ‘ulamá’ dicen que una de las fuentes de falsificación fueron los místicos y los así llamados píos mulah, quienes importaron varias ideas como el celibato y el monacato, que no eran del Islam, a la literatura del hadiz. Y puesto que la maldad de la mujer es un componente fundamental del monacato cristiano, ideas similares se deslizaron dentro de la literatura del hadiz, en forma de falsificación total o en forma de interpolación. Cuando leí el anterior hadiz, sospeché que sería una interpolación, especialmente su frase inicial. Mi sospecha fue confirmada cuando comencé a buscar algún hadiz similar en las fuentes shi’a. Las fuentes shi’a narran un hadiz similar como sigue:

El Profeta dijo, “Cuando uno de vosotros vea a una hermosa mujer, debe ir con su esposa. Porque lo que está con ella (es decir, con su mujer) es igual que lo que está con la otra.”. El mismo hadiz está también registrado con una pequeña diferencia: El Profeta dijo, ¡Oh hombres! Ciertamente el acto de mirar (a una hermosa mujer) es de Shaytán, por lo tanto quien se encuentre esta inclinación debe ir con su mujer.”
El hadiz narrado desde las fuentes sunni equipara a la mujer con Shaytán, mientras que en las fuentes shi’as no hay tal implicación en lo más mínimo. Por el contrario, en la segunda versión del hadiz encontrado en las fuentes shi’as, es la vista del hombre la que tiene que ver con la tentación de Shaytán. Si hemos de elegir entre las fuentes de la sunnah del Profeta, entonces no tenemos alternativa sino la de aceptar la versión dada por los Imames de la Ahl ul-Bait, la familia del Profeta. Después de todo, nadie podría conocer mejor al Profeta que Ahl ul-Bait. En nuestra opinión, El Imam Al-Al-Gazali, el Imam Muslim y Mernissi son del todo incorrectos en sus intentos de equiparar a la mujer con el Shaytán. El hadiz que ellos han citado fue interpolado, lo más probable, por los místicos, para alentar al monacato, el cual habían importado del Cristianismo.

El segundo hadiz es como sigue:
El Profeta dijo, “No vayas con las mujeres cuyos maridos están ausentes. Porque Shaytán entra en vuestros cuerpos como la sangre corre por vuestra carne.”.
Primero de todo, no he sido capaz de encontrar un hadiz similar en las fuentes shi’a. Esto, más su contenido, arroja dudas sobre la autenticidad del hadiz. En segundo lugar, la fuente de este hadiz es Sahih at-Tirmidi.

Estoy sorprendido de como Al-Al-Gazali y Mernissi pueden usar este hadiz, mientras el Imam at-Tirmidi, comenta que “¡Este es un hadiz extraño!” (hada hadizun garib). En tercer lugar, incluso si el hadiz fuese aceptado, no prueba lo que Mernissi pretende de él: “Las mujeres casadas cuyos maridos están ausentes son una amenaza para los hombres.” Por que el hadiz compara a los hombres, y no a las mujeres con Shaytán. En efecto, las mujeres en este hadiz emergen como las víctimas de los hombres quienes han sido vencidos por el Shaytán.

Ahora vamos a volver al trabajo de Al-Al-Gazali en el que describe los perjuicios del matrimonio. Nombra tres aspectos como perjuicios del matrimonio. Los analizaremos separadamente:

El primer perjuicio:
“El primer y más grande perjuicio (del matrimonio) es que ‘incapacita para ganar el sustento lícito.’ Por lo tanto, el matrimonio será una causa que contribuirá a obtener el alimento por medios ilícitos, y esto es la perdición del hombre y también de su familia. Mientras que una persona soltera está libre de estos problemas…”
Sobre este tema, continúa citando a los místicos, cuyas declaraciones no tienen valor para nosotros a menos que estén basadas en el Corán y en la sunnah. Ellos elogian el celibato, bajo la influencia del monacato, el cual había sido condenado por el Profeta y el Corán.

La conclusión lógica a la que Al-Al-Gazali y otros místicos llegan es la siguiente: ‘Si eres rico, está bien que te cases; pero si eres pobre, no deberías casarte, de otro modo acabarás buscando la provisión por medios ilícitos.’ Esto son bobadas absurdas y van contra lo que el Corán dice, “Casad a aquellos de vosotros que no estén casados… Si son pobres, Allah les enriquecerá con Su favor.” (Corán, 24:32). “…No matéis a vuestros hijos por miedo a empobreceros – ya os proveeremos Nosotros, y a ellos-, …” (Corán, 6:151). El Profeta dijo, “Cualquiera que se abstenga del matrimonio por temor a la pobreza, ha pensado, en efecto, mal de Allah.”. No se como puede una persona obtener edificación espiritual pensando negativamente sobre las promesas de Allah.

El segundo perjuicio:
“La incapacidad (de los hombres) para satisfacer los derechos de sus mujeres, para contener sus (malas) maneras y para soportar pacientemente sus enojos.”.

¿Qué es lo que el Imam Al-Al-Gazali está diciendo? ¿Quiere decir que las mujeres, en general, demandan demasiado, son mal educadas e irritantes? ¿Puede basar su opinión realmente en el Corán y en la sunnah del Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él)? No lo creo; y esto es porque vemos que Al-Al-Gazali ha presentado solo los hadices de algunos místicos en apoyo de sus opiniones. Y es obvio que esto no puede ser establecido por las fuentes originales islámicas.

El tercer perjuicio:
“La mujer y los hijos le distraerán de Allah y le atraerán hacia la búsqueda de (los beneficios de) este mundo y a planificar una buena vida para sus hijos acumulando más riqueza… Y todo lo que distrae a una persona de Allah – ya sea mujer, riqueza o hijos- es desastroso para él.”.

Si lo que Al-Gazali dice es cierto, entonces no solo el matrimonio, sino también los hijos, los amigos, los parientes y cada cosa material de este mundo deben ser etiquetados como ‘perjudiciales’ para un musulmán ya que todas estas cosas tienen un potencial de distraer a una persona de Allah y de la próxima vida. Aquí Al-Gazali suena como San Pablo. Y si esto fuera cierto, entonces un musulmán no tendría nada que hacer en este mundo, debería confinarse en una cueva, en una jungla o en un desierto aislado y rezar a Allah. Lo absurdo de esta idea desde el punto de vista islámico es obvio.

Lo que Al-Gazali y otros místicos dicen no es muy diferente de las ideas monásticas de la Iglesia Cristiana. Y, por cierto, ellos padecieron el mismo destino que los monjes cristianos. Ya has leído los comentarios de ‘Allámah Rizvi sobre los monjes: “Entonces la naturaleza tomó su revancha, los monjes y abades cultivaron la idea de que ellos eran representantes de Cristo, y a las monjas se les dio el título de ‘novias de Cristo’. Así, con facilidad de conciencia, ellos convirtieron los monasterios en centros de libertades sexuales.” Similarmente, cuando la naturaleza toma su revancha contra los sufis, en palabras de ‘Allámah Mutahhari, ellos comenzaron a “obtener placer (sexual) en compañía de hermosas personas y ¡este trabajo suyo era considerado como un viaje hacia Allah!”

EL AMOR A ALLAH EN RELACION AL AMOR A ESTE MUNDO.

El Imam Al-Gazali y otros místicos ha cometido un serio error al entender el concepto de ‘la preparación para la próxima vida’. Y esto es lo que me gustaría clarificar aquí.

El concepto de ‘la preparación para la próxima vida’, depende de la propia perspectiva sobre la relación entre este mundo y el próximo. Hay tres posibilidades: 1. Sumergirse en los beneficios de este mundo y olvidar el próximo: 2. Utilizar este mundo para el próximo; 3. Renunciar a este mundo por el próximo.

Los místicos y los sufis han adoptado la tercera alternativa, mientras que los materialistas han adoptado la primera de ellas. Entre estos dos extremos, se encuentra el verdadero criterio islámico. Hay muchas aleyas del Corán en las que se alaban altamente los beneficios de este mundo, y hay muchas otras en las que se exhorta enérgicamente a los musulmanes a buscar la otra vida. Viéndolas aisladamente, estas aleyas pueden ser usadas por los dos grupos para probar sus extremas opiniones. Pero vistas a la luz de otras aleyas que hablan sobre la interrelación de este mundo y el próximo, uno es guiado por el criterio del Corán. Y es obvio que no pueden aislar las aleyas del Corán unas de otras, especialmente si están hablando del mismo tema. Como dije anteriormente, éste no es lugar para analizar completamente este tema, pero daré algunos ejemplos del Corán y de la sunnah que clarifiquen el criterio del Islam sobre este mundo y la próxima vida.
El Corán dice: “¡Busca en lo que Allah te ha dado en la Morada Postrera, pero no olvides la parte que de la vida de acá te toca! (Corán, 29:77). Allah dice, ¡Terminada la oración, ¡id a vuestras cosas, buscad el favor de Allah! ¡Recordad mucho a Allah! Quizás, así, prosperéis.” (Corán, 62:10)

El Imam Al-Hasan dice: “Se para el mundo como si fueses a vivir para siempre, y se para la próxima vida como si fueses a morir mañana.”. El Imam te está enseñando que el Islam no desea que renuncies a este mundo, desea que te beneficies totalmente de él y que lo ames pero no hasta el punto de que puedas olvidar la otra vida -la otra vida, en donde tu destino depende de como seas de obediente a Allah en tu vida de acá. El Imam Musa al-Kázim dice: “La persona que renuncia a su mundo por motivo de su religión o renuncia a su religión por motivo de su mundo no es de los nuestros.”. En el Islam, la devoción no significa renunciar a este mundo y vivir en aislamiento en un desierto o en un monasterio. La devoción significa vivir en la sociedad una vida normal pero sin olvidar el último destino, el propósito de nuestra creación: una vida eterna en la Morada Postrera.

El amor a Allah y el amor por la mujer de uno, los hijos, y el mundo en general es del mismo tipo. Hay dos niveles de amor en el Islam: el amor a Allah y el amor hacia todas las cosas también. El Islam no prohíbe a una persona que ame a su esposo/a, hijos, padres, parientes, amigos, y los beneficios del mundo que Allah le ha dado a él o ella. Sin embargo, lo que el Islam espera es que este amor esté en armonía con el amor a Allah, esté basado sobre el amor a Allah. La implicación práctica de éste es que, si se produce un conflicto entre la demanda de amor a Allah y el amor a alguna otra cosa también, entonces el amor a Allah tendría precedencia. En el Islam, Allah es el eje de la existencia. Él y nada más, es la Absoluta Verdad.

Permíteme que explique este fenómeno de una manera metafórica: la luna gira alrededor de la tierra, pero al mismo tiempo también gira alrededor del sol. Es más, la relación magnética entre la luna y la tierra representa una parte pequeña de todas las fuerzas magnéticas que hacen que los planetas giren alrededor del Sol en nuestro sistema solar.

Similarmente, en el Islam el amor entre dos seres humanos es como la relación entre la luna y la tierra; y el amor que un musulmán tiene por Allah es como la relación entre el Sol y los planetas. Naturalmente, el primer tipo de amor existe dentro del dominio del segundo. En otras palabras, hay dos ciclos de amor: el amor a Allah y el amor a tu mujer, marido e hijos. El primero es un círculo más amplio dentro del cual existe el segundo círculo de amor.

Recuerda, que hay una sutil diferencia entre lo que estamos diciendo y lo que Mernissi y, hasta cierto punto, Al-Gazali han dicho. Mernissi dice que en el Islam el amor entre el marido y la mujer está prohibido porque el amor ha de dedicarse a Allah exclusivamente. Mientras que nosotros estamos diciendo que el Islam no prohibe el amor entre marido y mujer -ni el amor por las cosas tampoco- con tal que esté en armonía con el amor a Allah. Es decir, no te dominaría hasta el punto de la renuncia del amor a Allah. Esto se menciona de modo claro en el Corán:

Di (Oh Muhammad): “Si vuestros padres, vuestros hijos varones, vuestros hermanos, vuestras esposas, vuestra tribu, la hacienda que habéis adquirido, un negocio por cuyo resultado teméis y casas que os placen, os son más queridos que Allah y Su Enviado y la lucha por Su causa, esperad a que venga Allah con Su orden (en el día del Juicio).” (Corán, 9:24)

Me gustaría insistir en la palabra ‘ahabbu’ (más queridos). Si Allah hubiera dicho, “Si vuestros… son queridos” entonces Mernissi u otros de su ideología podrían haber tenido razón al decir que el Islam dedica amor exclusivo a Allah y todos los otros amores están prohibidos. Pero aquí Allah está hablando en una forma comparativa y dice que si tu amor por otras cosas o personas es mayor que el debido a Allah, entonces tú estás equivocado, ya que tal amor puede llevarte por el camino de la desobediencia a los mandatos de Allah y causarte la perdición en la próxima vida.

Está claro lo dijimos anteriormente sobre el concepto islámico del amor, en relación al amor hacia las mujeres y que no está limitado a amar a Allah, , que es un concepto universal en el cual hablamos de el amor hacia todas las cosas y personas. Así es absolutamente erróneo dar un contexto sexista al tema y decir que la moral sexual islámica es una moral anti-mujer.

En conclusión, podemos decir que las opiniones de Mernissi y Al-Gazali, de que en el Islam las mujeres son sexualmente más activas que los hombres y que el Islam no tolera el amor entre el marido y la mujer, no pueden ser justificadas desde las fuentes originales islámicas, el Corán y la auténtica sunnah.

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