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Ramadan: Un Igualador Social

Por Asad Raza

El mundo está lleno de miserias y dolores. Uno de los mayores dolores es el sentimiento del hambre. Hay millones a nivel mundial que sufren hambre y que no tienen acceso a la cantidad requerida de alimentos para llevar una vida normal y sana. Según el Programa Mundial de Alimentos (PMA), en la actualidad hay 795 millones de personas desnutridas en el mundo. Eso significa que una de cada nueve personas no recibe suficiente comida para estar saludable y llevar una vida activa. El hambre y la malnutrición son en realidad el principal riesgo para la salud en todo el mundo, mayor que el SIDA, el paludismo y la tuberculosis combinados. La mala nutrición causa casi la mitad (45%) de las muertes en niños menores de cinco años, 3,1 millones de niños cada año. Uno de cada seis niños –alrededor de 100 millones- en los países en desarrollo tiene un peso inferior al normal. [1]

El hambre constante, la subnutrición y la desnutrición conducen a malas perspectivas en la vida:

«La nutrición tiene efectos profundos en la salud a lo largo del curso de la vida humana y está inextricablemente ligada al desarrollo cognitivo y social, especialmente en la primera infancia. En contextos con recursos materiales y sociales insuficientes, los niños no pueden alcanzar su pleno potencial de crecimiento y desarrollo. Las consecuencias se extienden ampliamente de elevadas tasas de mortalidad por enfermedades infecciosas y disminución de la capacidad de aprendizaje en la infancia a un aumento de las enfermedades no transmisibles en la edad adulta… Los niños con sobrepeso, bajo peso y debilitados tienen un mayor riesgo de muerte por diarrea, neumonía, sarampión y otras enfermedades infecciosas”. [2]

El bendito mes de Ramadán tiene infinitas bendiciones en él. Una de las bendiciones de este mes sagrado es la compasión hacia los demás seres humanos. Nuestras emociones y sentimientos de simpatía están directamente relacionados con nuestras experiencias reales. No podemos sentir el tormento, la agonía y el sufrimiento de una persona enferma hasta que nosotros mismos hayamos sufrido la misma dolencia. Cuando nosotros mismos sufrimos el dolor de una enfermedad, mejor entendemos y sentimos empatía hacia los otros sufrientes. Los ricos o bien alimentados no pueden saber lo que es el hambre porque por lo general no tienen que enfrentarlo.  Así, la gente pobre sufre con su pobreza y apremios de la vida, pero los otros que están mejor no pueden ni siquiera entender los dolores físicos y psicológicos de los pobres. El gran mes de Ramadán hace un puente entre estas brechas que dividen a los que tienen y los que no tienen y hacen que los ricos experimenten los dolores del hambre. En una forma, el mes de Ramadán funciona como igualador y hace que los ricos tengan empatía con los pobres.

Un hadiz narrado por el Imam Sadiq (La paz sea con él) arroja luz sobre el papel del mes de Ramadán en la creación de la igualdad social:

«Allah ha ordenado el ayuno para establecer la equivalencia entre los ricos y los pobres, y esto es para que los ricos sientan el sabor del hambre y, en consecuencia, sean misericordiosos con los pobres (dándoles sus derechos). Y, puesto que las cosas suelen estar disponibles para los ricos, entonces Allah, el Exaltado, se complace cuando la equivalencia es erigida entre Sus siervos. Por lo tanto, Él, entonces, ha ordenado que los ricos sientan el sabor del hambre y el dolor para que sientan simpatía por los débiles y sean misericordiosos con el hambriento”. [3]

Un hombre escribió una carta al Imam al Askari (La paz sea con él) preguntándole: «¿Por qué razón Allah hizo el ayuno obligatorio?»

El Imam (La paz sea con él) escribió en respuesta: «Dios ha hecho obligatorio el ayuno para que los ricos encuentren el dolor del hambre y así tengan misericordia de los pobres». [4]

Entre muchos otros, el Ramadán es un mes de caridad. Es el mes de compartir nuestras bendiciones con otros seres humanos. En este mes suplicamos a Allah (swt) que nos conceda su misericordia, así que no olvidemos mostrar misericordia a los siervos de Allah que no tienen los recursos suficientes para satisfacer las necesidades esenciales de su vida. Cuando queremos evocar las bendiciones divinas y la misericordia en nuestras vidas, también debemos gastar en los pobres y necesitados. El Profeta (La paz sea con él y su bendita familia) pide a los creyentes dar limosnas a los pobres e indigentes en este bendito mes:

«Dejen que su hambre y sed durante este mes les recuerden el hambre y la sed del Día del Juicio. Den limosna a los pobres e indigentes de entre ustedes, respeten a sus ancianos y sean amables con sus hijos, y fortalezcan su parentesco de sangre”. [5]

Podemos concluir con la súplica del Imam Sajjad a Allah por el mes de Ramadán: «Danos el éxito en este mes para estrechar nuestros lazos de parentesco con la devoción y la generosidad, atender a nuestros vecinos con el otorgamiento y la entrega, librar nuestras posesiones de reclamos , purificarnos a través del pago del zakat … » [6]

  1. World Food Programme, https://www.wfp.org
  2. «Desnutrición materna e infantil y sobrepeso en países de ingresos bajos y medios», The Lancet.
  3. Wasa’il-ush-Shi’ah, Volumen 7, sección ayuno. Como fue citado en “Un Comentario Iluminador a la Luz del Sagrado Corán,” Volumen 2, comentario de los versículos 183-185
  4. Bihar al-Anwar Volumen 96, como está citado en “El ayuno y el Sagrado Mes de Ramadan” por Sheikh Mansour Leghaei
  5. Como fue citado en “Un Comentario Iluminador a la Luz del Sagrado Corán,” Volumen 2, comentario de los versículos 183-185
  6. As-Sahifatus Sajjadia, súplica 44, Su súplica por la llegada del mes de Ramadán

Fuente: Islamic Insights

Link: http://www.islamicinsights.com/news/community-affairs/ramadan-a-social-equalizer.html

Traduccion: Laila Hakim para UMMA

Filed in: Destacado, Hadices (Tradiciones), Práctica Islámica, Religión, Social

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