Perfeccionar Nuestro Hiyab

¿Es esto verdaderamente el Hiyab?

Por Zara Syed

¿Cuántas de nosotras pensamos que conocemos el significado del hiyab tan bien que podríamos practicar de forma adecuada el Hiyab, pero sólo si lo deseamos? Mientras que el Hiyab es útil para preservar la propia dignidad, honor y respeto junto con la salvaguarda de la propia belleza y castidad, todas estas son razones secundarias para observar el Hiyab. El propósito fundamental es que al obedecer las órdenes de Allah y esforzarnos por ser musulmanas obedientes, de modo que seamos bendecidas con las recompensas prometidas. Cualquiera sea la situación, las hermanas en el Islam están intentado firmemente cuando se trata de poner en práctica el Hiyab, pero nosotras ¿estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo?

¿Cuántas de ustedes han visto  a una Hiyabi fumando en público y pensaron: “Bien, ahora la gente etiquetará a las Hiyabis como fumadoras”? En este momento no escarbemos en las leyes islámicas acerca de si fumar es permisible o no para el Islam o si las mujeres tienen tantos derechos como los hombres como para llevar a cabo esos actos. No tiene tanto que ver el fumar como el hecho que el Hiyab es, a todas luces, la «bandera del Islam», y como tal, nuestras hermanas tienen una gran responsabilidad. Sólo para acentuar el peso de esta responsabilidad que tienen las musulmanas, podemos relacionar el Hiyab femenino al mismo nivel de importancia que al rol de un portaestandarte masculino durante la guerra. Además, la responsabilidad islámica es una combinación de dos factores: no sólo el Hiyab físico, sino también el Hiyab social.

El Corán nos recuerda: “Y di a las creyentes que bajen la vista con recato, que sean castas y no muestren más adornos que los que están a la vista.” (24: 31)

Todos sabemos que el sentido  del Hiyab es ser modestos. Peor por alguna razón, cada Hiyabi que vemos parece tener su propia interpretación de la modestia. El Hiyab es el elemento fundamental de la fe islámica, universal entre todos los musulmanes, sin tener en cuenta las diferentes escuelas de pensamiento. A pesar de ello, las mujeres en el Islam son incapaces o eligen no mantener un contexto universal- o al menos similar- en cuanto al Hiyab físico. Por supuesto, el Hiyab no es un «uniforme», y las Hiyabis no necesitan marchar con la misma prenda de manera tal que la gente crea que las hermanas forman una especie de base militar Hiyabi en el centro comunitario local, pero un poco de uniformidad y atención al aspecto de «modestia» sería agradable.

Aunque es natural para la llamada «Revolución Hiyab» que ha tenido lugar recientemente, en especial con respecto al número de musulmanes que aumenta en Occidente, parece no haber un «estándar» con las Hiyabis. Esto, a menudo, conduce a que el aspecto del Hiyab resulte como un aspecto «cultural» más que religioso. Peor aún, debido a las excesivas diferencias entre las prácticas de Hiyab, tanto físicas como sociales, infortunadamente, toda nuestra religión da la impresión de no tener «estándar» con una excesiva cantidad de flexibilidad que permite a las personas acomodar al Islam de acuerdo a su propia conveniencia.

Un análisis de la población Hiyabi representará la variedad de métodos Hiyab practicados con la máxima diferenciación en cuanto a estrechez, colores, tamaños y estilos de Hiyab. Por un lado, tenemos la cobertura total aunque colorida Hiaybi abaya, por el otro lado, tenemos las Hiyabis con ropas tan ajustadas (o transparentes, si vamos al caso) que si usaran una camiseta, probablemente revelarían menos. También vemos aquellas Hiyabis que están bien cubiertas pero dejan su flequillo colgando, o las hermanas muy decentemente vestidas con rostros que están totalmente cubiertos de maquillaje de modo que su Hiyab frustra el propósito del versículo del Corán antes mencionado, que instruye a las mujeres el ser castas.

Con las recientes tendencias de Pasarelas Hiyabis, vemos modelos en la pasarela vestidas según la última moda de indumentaria con poca cobertura en su cabello ¿Dónde está el valor del Hiyab en una pasarela si el propósito es establecer el propio carácter y el propio respeto en todo y en la apariencia física? Aunque es necesario para las hermanas vestirse de manera apropiada para los contextos de sus estilos de vida y carreras, a veces la razón no puede sino preguntarse si la idea «integrarse» pero dentro de los límites de Hiyab adecuado es negado por la idea de «Usamos Hiyab, pero aún así sentimos pasión por la moda.» Tener un sentido de la moda no atribuye ningún aspecto negativo al carácter de la persona, pero si el sentido de la moda se equipara con embellecerse a sí misma y exhibirse de modo tal que nuestras hermanas parezcan ser físicamente atractivas, incluso con Hiyab, entonces hay lago muy malo con ese tipo de Hiyab.

La idea no es apuntar hacia las Hiaybis y picotearlas en aquellas áreas en las que flaquean, sino más bien resaltar a nuestras hermanas musulmanas que el modo en que practicamos nuestro Hiyab afecta profundamente el modo en que los no musulmanes interpretan al Islam como a un todo.  No sólo eso, pero si existe una falta en el modo en que se practica el Hiyab, entonces la recompensa de Dios será asimismo. El Hiyab adecuado no sólo consiste en un pequeño pañuelo; antes bien, sólo puede lograrse cuando se lo combina con el mantenimiento de los métodos islámicos de interacción social.

Se puede discutir acerca que los hombres musulmanes deben ser tan cautos como las mujeres, y amenamente, ¡deben serlo! Pero es el Hiyab físico de una mujer el factor que, cuando está entrelazado con el factor del Hiyab social, forma una combinación especial que hace su responsabilidad hacia la representación del Islam mucho más delicada y única.

El Hiyab social es básicamente el modo en que una mujer se presenta a sí misma, se comporta e interactúa con los demás en público. Recordando el ejemplo de nuestras hermanas fumando en público, es vital para las Hiyabis mantener los buenos modales cuando se hallan en presencia de los demás, porque la verdad es que las Hiyabis son juzgadas por la sociedad basadas en sus acciones también. Como las mujeres están siendo juzgadas de manera constante por la sociedad, merecen todo el derecho de exigir respeto.

Unas pocas maneras en que las hermanas pueden obtener respeto de la sociedad es siendo particularmente cuidadosas de la manera en que interactúan en reuniones mixtas con el sexo opuesto. Más que seguido vemos hermanas en Hiyabs brillantes; no obstante, el modo en que algunas hermanas bromean y pasan el tiempo con no mahrams sólo puede dar indicios de un poco de flirteo (que conduce a acciones prohibidas) da vueltas en el aire. Sin embargo, tenemos las hermanas que son muy amigables que no actúan de manera intencional del modo que lo hacen con los no mahrams, aunque necesitan darse cuenta que, dejando de lado las intenciones, puede haber lugar para mejorar su práctica del Hiyab cuando se hallen en compañía de hombres.

Yendo al meollo acerca de lo que es el «buen comportamiento», todo lo que necesitamos hacer la próxima vez que nos hallemos en público, es detenernos y recordar que Allah nos está observando. Si recordamos esta realidad, que nuestro Señor nos está  monitoreando todo el tiempo, habrá una mejoría inmediata garantizada en nuestro Hiayb social. Se dejará de lado el chismorreo, el lenguaje vulgar y la falta de respeto hacia los mayores y los demás, por no mencionar el flirteo y las bromas excesivas.

Son admirables aquellas hermanas que logran imponer tal respeto y dignidad para sí mismas entre los no musulmanes que sin tener que explicar las «reglas» de nuestra religión, la gente que interactúa con la Hiyabi es capaz de entender su carácter a través de la expresión no verbal y actúa de manera acorde mientras están en su presencia. Por ejemplo, cuando alguien usa una mala palabra cerca de una Hiyabi y existe un silencio incómodo, la gente dejará de hacer lo está haciendo y mirarán a la Hiyabi con vergüenza y murmurará una disculpa. O cuando hay una charla inadecuada acerca de una persona a sus espaldas, y la gente se da cuenta que una Hiyabi está presente, el tema es dejado de lado rápidamente. Éste es el tipo de dignidad y respeto que el Islam cree que las mujeres deben dirigir y merecen de la sociedad.

Mientras el mundo busca establecer la identidad a través de vestimenta atractiva y apariencia pomposa, sin dar mucha importancia al comportamiento, costumbres, conducta social y respeto por sí mismo, es absolutamente imperativo para nosotras, las musulmanas, mantener tanto el Hiyab físico como social de modo tal que refleje su verdadero propósito y como un resultado del que  podamos orgullosamente pararnos ante nuestra Dama Fátima Zahra y la Dama Zainab (la paz sea con ellas) el Día del Juicio sin arrepentimientos.

Traducido por Fabiana Ríos, para UMMA, de:

http://www.islamicinsights.com/religion/religion/perfecting-our-hijab.html

 

Filed in: Familia, Moral y Familia, Práctica Islámica

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