La Dignidad Humana y la Sanación Espiritual del Corazón I Parte

Por el Prof. Shahid Athar

El Santo Corán menciona “Hemos honrado a los hijos de Adán.” (17: 70) Dios lo hizo, primero cuando ha “creado al hombre dándole la mejor complexión” (95: 4) y luego al insuflar en él Su propio espíritu (Corán 15: 29; 32: 29), Adán fue creado de la arcilla. ¿Qué tienen en común la arcilla y Adán? Ambos más o menos comparten la misma química de los minerales tales como el sodio, el potasio, el carbono y el agua, pero en diferentes proporciones. En cierta etapa de la vida intrauterina del feto, los ángeles insuflan el espíritu de Dios en el alma, dando de esta forma la vida. El alma y el cuerpo permanecen unidos en la vida intrauterina y después del nacimiento por el tiempo en que vive el cuerpo humano. La muerte es la separación de cuerpo y alma. El poeta urdú lo describió muy bien: “¿Qué es la vida? Es la unión de los elementos básicos ¿Qué es la muerte? Su dispersión”. De esta forma cuando revisamos nuestros cuerpos, resolvemos los misterios de la vida. 1) Cómo circula y nutre la sangre a los diferentes órganos. 2) Cómo sostienen su estructura los huesos. 3) Cómo los nervios proveen de cableado eléctrico. 4) Cómo recibe el cerebro los mensajes y da órdenes. 5) Cómo obedecen los órganos. 6) Cómo el corazón, asiento de la sabiduría, decide entre el bien y el mal. 7) Cómo nos dan vitalidad las hormonas de las glándulas endocrinas.

¿Cuál era el honor concedido a Adán y su progenie que fue diferente de las demás creaciones? Es el concepto de libre albedrío otorgado a ninguna otra criatura con excepción del Hombre y los Jinn y la libertad de creer o no en Dios. El Corán (41: 11) dice: “Luego, se dirigió al cielo, que era humo y dijo a este y a la tierra: ‘¡Venid, queráis o no!’ Dijeron: ‘Venimos de buen grado.’” En otro lugar (55: 33): “¡Compañía de hombres y genios! ¡Atravesad, si podéis, las regiones celestiales y terrestres! Pero no podéis atravesarlas sin la ayuda de una autoridad…”

De esta forma, la historia de la creación de Adán es descripta en el Corán (2: 30- 34) cuando se le requirió a los ángeles que se inclinaran ante Adán, todos lo hicieron, excepto Iblis, que era arrogante y pensaba que estaba creado de un material ígneo superior que el de Adán, que estaba hecho de arcilla.  De esta manera, concluyó que no necesitaba inclinarse ante Adán. No entendía quién era el dador del conocimiento. Allah le enseñó a Adán los nombres de los objetos materiales y luego se les pidió a los ángeles que los nombraran. No lo hicieron, dijeron: “no tenemos más conocimiento que el que nos fue dado.” Adán fue capaz de nombrar a toda esa materia.

Nosotros, los seres humanos, no debemos olvidar el honor de haber recibido el conocimiento y debemos someternos al verdadero dueño del conocimiento. La dignidad humana yace en reconocer nuestro lugar en la creación. El propósito de la creación, el propósito de la vida y saber que sin Dios, no somos nada.

Cumplimos con la dignidad humana llevando adelante la tarea de cuidar de nuestro prójimo y transformarnos en una misericordia para la humanidad tal como le fue asignado al profeta. Cuidamos de los necesitados, sin tener en cuenta su fe, género, color, edad, capacidad, afiliación política, riqueza o pobreza. Eso es lo correcto. Jesús (la paz sea con él) nos enseñó a “amar al prójimo”, pero la pregunta es ¿quién es el prójimo? ¿Es aquél que es tu pariente, el que habla tu idioma, el que se parece a ti o que vive en la casa de al lado? La respuesta es: todos ellos además de otros. Todas las creaciones de Dios son nuestro prójimo y nos preocupamos por ellos como por nosotros mismos. El profeta dijo: “cuando hagáis sopa en casa, el aroma de ella puede llegar a vuestro vecino y puede que venga a tu casa a compartirla contigo. Por lo tanto, debéis hacer la suficiente como para compartirla con ellos.” También dijo: “quien se acuesta con el estómago lleno mientras su vecino duerme con el estómago vacío no es un creyente verdadero.”

Una vez, un hombre fue a la casa del profeta y le pidió algo de comida. No había comida en su casa, por lo que lo envió a la casa de otro compañero. Es compañero sólo tenía comida para una persona y vivía con su esposa y varios hijos. Era de noche, por lo tanto la comida estaba servida y el compañero apagó la vela por lo que había oscuridad completa. Puso el plato frente al invitado, y le pidió que comiese. El anfitrión y su esposa fingían que estaba comiendo y los niños fueron a la cama sin comer. Al día siguiente, el profeta, que supo de este hecho, llamó a este compañero y le dio la noticia que había sido aceptado en el cielo.

Jesús en el Sermón de la Montaña dijo: “Si amáis a los que os aman ¿qué recompensa tendréis? Amad a vuestros enemigos.” Los creyentes no tienen otro enemigo que Satán y nosotros cuando estamos bajo su control.

Traducido por Fabiana Ríos, para UMMA, de:

http://en.rafed.net/islamic-articles-v15-1030/ethics/16017-the-human-dignity-and-the-spiritual-healing-of-the-heart-part-1

 

 

 

Filed in: Sin categoría

No comments yet.

Deja un comentario

Debes iniciar sesion para dejar un comentario.