Dios en su Libro Sagrado el Corán dice: “Aquél que creó la muerte y la vida para examinarlos y ver quién de entre vosotros actúa mejor”. De esta frase se deriva una pregunta: Únicamente necesita de examen alguien que no tenga conocimiento de lo que sucederá al fin. Dios que es conocedor de todo lo visible e invisible y no hay nada en el Cielo y la Tierra oculto para Él ¿qué necesidad tiene de la prueba de sus siervos?

Preguntas y Respuestas Nº 3

P. Dios en su Libro Sagrado el Corán dice: “Aquél que creó la muerte y la vida para examinarlos y ver quién de entre vosotros actúa mejor”. De esta frase se deriva una pregunta: Únicamente necesita de examen alguien que no tenga conocimiento de lo que sucederá al fin. Dios que es conocedor de todo lo visible e invisible y no hay nada en el Cielo y la Tierra oculto para Él ¿qué necesidad tiene de la prueba de sus siervos?
R. Debemos poner atención de que la “prueba Divina” tiene otro propósito e interpretación. La humanidad por su limitada sabiduría para encontrar la verdad y disipar cualquier duda, se ve obligada a entrar por la puerta del “examen”, pero ya que esta situación es imposible para Dios y Él dentro de Su Sabiduría Infinita, es conocedor de todo, tomando en cuenta esto no es sabio el examen para Él; sino que el examen que Él hace tiene otro significado y otros propósitos que se mencionan a continuación:
El propósito de Dios al examinar a Sus siervos es la educación e instrucción de las capacidades de éstos. Una explicación a esto es que: el día en que el género humano, abre sus ojos al mundo, en su interior posee una serie de capacidades y posibilidades maravillosas. Toda la perfección humana y virtudes morales se encuentran en su ser en forma de capacidad, y ésta se encuentra mezclada con su esencia. Pero estas capacidades se asemejan a fuentes subterráneas que si se carece de los instrumentos necesarios, no puede ser extraída su materia y, por consiguiente, no puede llegar a realizarse. Es claro que hasta que estos méritos no lleguen a mostrarse, nunca florecerán sus virtudes ni encontrará el perfeccionamiento. Como consecuencia de esto nunca llegará a realizar una buena acción y obtener una recompensa. Una prueba como esa es llevada a cabo para educar al hombre e instruir a las buenas cualidades humanas de éste que se encuentran dentro de su corazón.

Si no existiesen estos deberes y pruebas, nunca podrían desarrollarse estos méritos que se encuentran en el corazón del hombre y nadie sería digno de una recompensa o premio. Esta verdad, en una corta y significativa frase, la describe ‘Alî el Príncipe de los Creyentes (P) en el Nahyul Balâgah, y dice así:

“No digáis nunca: ‑¡Dios mío, me refugio en Ti ante la prueba y el examen (o sea: no me examines)! Ya que en este mundo no existe nadie que esté exento de la prueba.
Es mejor que cuando supliquéis digáis:
‑¡Dios mío, me refugio en Ti de la prueba que descarría (o sea: de esa prueba que no podamos salir triunfantes y como consecuencia, no podamos llegar a la perfección)!
–entonces el Imâm continúa con esta explicación- El propósito de la prueba o examen, no es con el objeto de que Dios obtenga más información, ya que no existe en este mundo nada oculto para Él. Su propósito es que los atributos internos que Dios depositó en el hombre sean manifestados, tales como el consentimiento y la alegría, la cólera y el enojo y sean manifestados en acciones para que se realicen los méritos de la recompensa y el castigo, la sanción y gratificación”.

Tal y como puede observarse el propósito que considera el Imâm en esta narración es que bajo la sombra del examen, sean manifestados los atributos y capacidades internos. Y el hombre por medio de la personificación de estos atributos internos se vuelva merecedor de una recompensa o castigo, ya que de lo contrario (sin la personificación de los atributos) no podrá dársele una recompensa ni castigo, y en otras palabras no se llega a realizar la perfección.

Por ejemplo: Cuando Dios probó a Ibrâhîm (P) con el sacrificio de Ismael, Su propósito no era saber si Ibrâhîm (P) obedecía o no Su mandato, sino que instruir el espíritu de obedecimiento y entrega de éste ante las ordenes de Dios, que se encontraba dentro de la esencia de Ibrâhîm (P) y hacerlo llegar a revelarse, y por medio de esto Ibrâhîm (P) diera un paso más hacia la perfección. Ya que Dios prueba a los hombres por medio de contrariedades y dificultades, tal y como dice: “Y tened por cierto que os pondremos a prueba con temor, hambre, pérdida de riqueza, personas y frutos, pero anuncia buenas nuevas a los pacientes” (Corán 2:150). Los problemas y dificultades son como un horno que proporciona al hierro firmeza y perseverancia; el hombre también se vuelve como un horno de las dificultades y problemas y tiene el poder de romper con todos los obstáculos que se interponen en su vida y felicidad.

quran.al-shia.org/es/id/16/5.htm

Recopilado por: P. Fadlallah

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