¿Muerte por Hiyab? La Morbosa Obsesión con la Vestimenta de las Musulmanas

“Una mujer muere estrangulada por su hiyab”, proclamó el Journal de Montreal.” Hiyab peligroso”,” Muerte por hiyab” y “Oprimidas hasta la muerte”, anunció el Sun News.

La historia detrás de estos insensatos titulares sensacionalistas es desgarradora: Naima Rharouity de 47 años, esposa y madre de dos niños, murió el mes pasado cuando su ropa y su cabello quedaron atrapados en un ascensor del metro de Montreal. Aunque muchos reportes del accidente expresaron sólo horror y dolor, otras reacciones fueron significativamente menos humanas.

Rharouity llevaba un hiyab en el momento del accidente, generando intensa especulación y debate acerca de que si fue su pañuelo en la cabeza u otra bufanda alrededor del cuello la que causó el enredo… como si importara cual trozo de tela fue la culpable. El Journal de Montreal informó que el hiyab fue responsable por la muerte de Rharouity, un reclamo replicado por Sun News (ambos son propiedad de Quebecor Media). Ambos persistieron en fijar la culpa sobre el hiyab, pasando por alto las declaraciones de los testigos y los informes de la policía que decían lo contrario.

Ezra Levant, incondicional de Sun News sugirió que era una posibilidad que la muerte fue en realidad un asesinato de honor, al tiempo que admitía que no tenía nada para apoyar una suposición tan salvaje y macabra. Cuando escucho que una mujer que llevaba velo es asesinada,  opinó Levant, mis acto reflejo de horror es Oh Dios mío, es esto una matanza de honor? (La agradecida rareza de las llamadas muertes de honor en Canadá –en comparación con otros incidentes de profundo feminicidio–sugiere que sus reflejos requieren una calibración).

Los comentaristas online intervinieron con observaciones similarmente xenófobas: “Esto demuestra que cuando no sabes cómo vestir, te puedes morir. La Carta (de Valores) la habría salvado.” “Esto es lo que obtienes por decidir usarlo.” “¿Dónde estaba Allah?” “Una terrorista menos en Montreal.”

¿Cómo se transforma la víctima de una tragedia en un objeto deshumanizado de repulsión? ¿Cómo se transforma una ocasión de duelo en una oportunidad para atacar a las minorías?

No hace falta decirlo, otros accidentes en las escaleras mecànicas lograron despertar fuertes críticas contra quienes se atrevieron a usar Crocs, cordones de zapatos o ropa holgada–artículos comúnmente capturados en los dientes de las escaleras mecánicas. Al contrario del hiyab, estos otros artículos de vestir normalmente-inocuos-pero-potencialmente-peligrosos-en-una-escalera- mecánica no han sido representados como agentes de lesiones y muerte.

La extraña fascinación con los riesgos de salud planteada por la vestimenta de las musulmanas no es nueva. Se dice que el Islam pone en peligro la vida e integridad de las mujeres, incluyendo la ropa que supuestamente se les impone a ellas. La perspectiva de las mujeres musulmanas siendo asfixiadas por sus pañuelos en la cabeza es un motivo recurrente. Por ejemplo, la posibilidad de estrangulación ha sido citada en la prohibición de la cobertura con hijab para las chicas en los torneos de futbol y artes marciales en Canadá–a pesar de la existencia de hiyabs especiales para deportes diseñados para disipar las preocupaciones de seguridad.

Como profesora de leyes Natasha Bakht observa:

Como las mujeres musulmanas se hacen escuchar cada vez más en cuanto a su elección a usar el hiyab y porque estas mujeres están buscando una educación superior, enseñando en las escuelas, persiguiendo un cargo político y defendiendo en los tribunales de justicia, ya no es posible meterlas en la caja estereotipada de la mujer musulmana en riesgo. En lugar de proteger a las mujeres de los hombres musulmanes ‘peligrosos’ o el asalto simbólico que el hijab representa a la igualdad de la mujer, ahora tenemos que intervenir para proteger a las mujeres musulmanas de los peligros del mismo velo físico!

La imaginería comunicada dista de ser sutil. Las mujeres musulmanas están representadas como estranguladas o sofocadas por el Islam, no sólo en sentido figurado, sino también literalmente. Los pañuelos en las cabezas de las mujeres musulmanas representan los lazos alrededor de sus cuellos.

Sin embargo, las mujeres con hiyabs son vistas no sólo como las desafortunadas víctimas del Islam, sino también como las propagadoras más visibles de su amenaza. Al mismo tiempo son víctimas y portadoras, inspirando pena y miedo–aunque el miedo parece ser la emoción dominante en el actual clima patológico.

Y así la obsesión morbosa con la vestimenta de las musulmanas produce un poco de compasión por las mujeres musulmanas y no da lugar a mejora alguna en su bienestar. Por el contrario, a menudo se utiliza para justificar su marginación y victimización. El daño causado a estas mujeres no es el remoto daño de ser estrangulada por un pañuelo en la cabeza, señala la profesora Bakht, sino el compromiso firme de excluirlas de la vida pública.

Una vez más se han llevado los sentimientos anti-hiyab al centro de la esfera pública en el debate en torno a la Carta de Valores propuesta en Quebec, que prohibiría a los empleados públicos usar en el trabajo símbolos religiosos visibles.

Aunque representado como un baluarte necesario para proteger los derechos de las mujeres contra la intromisión de la religión, la Carta amenaza consolidar la discriminación de género mediante la exclusión de las mujeres que usan el hiyab (o niqab) en empleos del sector público: en los servicios sociales, en los hospitales, en escuelas, guarderías, en las universidades, en los tribunales. Por otra parte, la propuesta de la Carta ha exacerbado la xenofobia en Quebec, llevando a un aumento en los ataques y en la animosidad contra las musulmanas visibles–incluidas las respuestas insensibles por la muerte de Rharouity.

En los debates sobre la Carta, el velo se ha representado como un símbolo de la opresión de las mujeres musulmanas, reinscribiendo el triángulo fatal del Islam-hijab-muerte letal. En un episodio reciente de la serie The Current, de la CBC, por ejemplo, la maestra nacida en Argelia Leila Bensalem describió el hiyab como una tela manchada con la sangre de las mujeres obligadas a usarlos. Para lo que su compañera panelista Shaheen Ashraf replicó: «Mi pañuelo no está manchado con sangre.»

De hecho, el hiyab puede resistir muchos significados para las mujeres que optan por usarlo en Canadá: una práctica de modestia y piedad, una demostración de respeto a los valores tradicionales, un marcador de identidad, una declaración de emancipación de la cosificación superficial de las mujeres y/o una expresión de estilo personal, entre otras significaciones.

Negarse a interpretar el hijab como algo más que un banderín del patriarcado invisibiliza a la mujer bajo el pañuelo: su historia, sus motivaciones para cubrirse, su auto-representación.

Y otra vez, el proyecto de salvar a la mujer musulmana de su hiyab termina por deshumanizar a la mujer y demonizar el hiyab–anunciando su omisión como progreso.

 

www.shafaqna.com/English

 

Fuente: http://rabble.ca/

Link: http://en.shafaqna.com/topnews/item/25638-death-by-hijab?-the-morbid-obsession-with-muslim-womens-clothing.html

Traducciòn: LAILA HAKIM para UMMA

 

Filed in: Hiyab, Islamofobia

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