El Nacimiento de la Persona cuya Luz fue lo Primero en ser Creado

Lunes 28 de enero de 2013    ALHASSANAIN.COM

 

Muhammad (PB) abrió sus ojos al mundo el 17 de Rabi’al- Awaal del 53 AH (570 d. C).

Su padre, ‘Abdullah, era de la familia de Hazrat Isma’il, y había muerto antes de poder ver a su hijo. Su madre era una de las mujeres más piadosas de la época.

Muhammad (PB) fue confiado a una virtuosa mujer llamada Halimah, que lo amamantó y cuidó. Un día, Muhammad (PB), que aún no había alcanzado los cuatro años de edad, le preguntó a Halimah si podía ir al desierto con los demás niños… Halimah dijo: “Bañé a Muhammad, unté su cabello con aceite. Le coloqué colirio en los ojos y le colgué al cuello una piedra yemení con un cordel, de modo que ningún daño le viniera de los espíritus del desierto. Pero Muhammad arrancó la piedra de su cuello y dijo: ‘No te preocupes por mí. ¡Mi Dios está cuidándome!’”

De modo que vemos que desde la infancia él era objeto de la gracia y el favor de Dios, y que siempre estaba guiado por su Divino poder y ayuda en las obras que estaban en el tiempo y lugar correctos.

El comportamiento y habla de Muhammad en la niñez era tal que llamaba la atención de todos. En su juventud, también, estaba lejos de lo que mancillaba a las personas en su ambiente. No tomaba parte en sus licenciosas reuniones poéticas. No bebía vino, era enemigo de los ídolos, era perfecto en su decir y conducirse. Años antes de convertirse en profeta, la gente lo llamaba ‘al- Amin’ (el digno de confianza). Tenía una mente pura y un intelecto radiante y un carácter piadoso y religioso. Cada año, por el lapso de un mes, se iba a la caverna de Hira y estaba con Dios y Sus misterios y oraba. Al final del mes, antes de volver a su hogar, iba a la Kaba y realizaba siete o más circunvalaciones.

A la edad de cuarenta años, el Profeta del Islam (PB) recibió la orden de no convocar abiertamente a la gente al Islam, y durante esa época sólo poca gente tenía fe en Muhammad (PB).

Entre los hombres, la primer persona que lo amó y lo siguió fue Hazrat Ali (AS), y entre las mujeres, Jadiyah.

Luego, después de tres años recibió la orden invitar abiertamente a la gente al Islam e invitó a su familia cercana, alrededor de cuarenta de estas personas se reunieron. La comida que había preparado el Profeta (PB), no alcanzaba más que para satisfacer el apetito de un hombre, pero, por el poder de Dios, esa poca comida satisfizo a todos y fue causa de mucho asombro. Abu Lahab, sin pensar lo que estaba diciendo gritó: “¡Muhammad es mago!” Ese día los parientes se dispersaron antes que el Profeta pudiera hablar, asó que los volvió a invitar al día siguiente. Después que hubieron participado de la comida y hospitalidad, habló: “¡Oh, hijos de Abdul- Muttalib! Ningún joven ha sido traído a su gente mejor de lo que les traigo. Os he traído lo mejor de este mundo y del mundo de la resurrección. He sido impelido por Allah para llamaros a Él. ¿Quién de vosotros me extenderá su ayuda y se convertirá en mi hermano, ejecutor y sucesor?” Nadie contestó, excepto Ali (AS).

El Profeta colocó su mano en el hombre de Ali y dijo: “Este es mi hermano, ejecutor y sucesor de entre vosotros. ¡Oíd lo que dice y obedecedlo!”

Un día el Profeta (PB) fue al Monte Safa y llamó a la gente a su alrededor. Dijo: “Si os digo que un enemigo está por llegarles esta mañana o esta tarde ¿confiaríais en mí?” Todos le contestaron: “¡Sí!” Les dijo: “Os advierto que una severa tormenta ha de caer sobre vosotros.” Temiendo que el discurso de Muhammad (PB) tuviera efecto en los corazones de los presentes, Abu Lahab rompió el silencio y le dijo: “¿Nos reunimos aquí para escuchar esta tontería?”

El Profeta del Islam (PB) comenzó su convocatoria con el lema de la tawhid y la adoración de un solo Dios y estableció la tawhid como la base de todas las demás creencias. Dio a conocer a Allah a los hombres, que está más cercano al hombre que el propio hombre; abolió la religión. Mientras tanto, los quraishies (la tribu más poderosa de La Meca, a la que Muhammad (PB) pertenecía) se incomodaban por el progreso que estaba haciendo e intentaban duramente poner fin a su prédica, incluso una vez intentaron asesinarlo, pero con la ayuda y protección de Allah y con Su cuidado e intercesión, todas sus torturas, persecuciones y conspiraciones quedaron sin efecto y quedaron en la nada. Día a día el llamado al Islam, y también la aceptación de la gente, se extendía, incluso entre aquellos que venían desde fuera de La Meca. La gente elevaba sus almas en respuesta a esta invitación Divina.

En el onceavo año de la profecía, algunas personas de Medina, pertenecientes a la tribu Khazraj, fueron aceptadas, con la promesa de que en cuanto volvieran a Medina convocarían a la gente a la religión de Muhammad. Volvieron a Medina y difundieron la invitación del Profeta (PB). Al año siguiente doce medineses aceptaron la fe del Profeta del Islam (PB) en ‘Aqaba y resolvieron no asociar a Allah con nada, no robar, no fornicar, no perdonar el infanticidio, no levantar acusaciones malignas contra alguien, no desobedecer al Profeta en algo que él indicase. Entonces el Profeta envió a un hombre llamado Mus’ab con ellos para que les enseñe el Corán, y de esta forma un gran grupo en Medina juró su fe en el Profeta.

 

Traducido por Fabiana Ríos, para UMMA, de:

http://en.rafed.net/index.php?option=com_content&view=article&id=11486:the-birth-of-the-person-whose-light-was-the-first-ever-thing-created&catid=84:seerah&Itemid=849

 

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